Los restos de la ira

Hola.

La llegada de noviembre me recordó lo que sufres con el frío y las horrendas gripas que te golpearán hasta bien pasado marzo. Espero que estés bien, aunque lejos, lo cual también supongo que está bien.

Nos mudamos, y ahora alternamos la lluvia con el calor en un clima neurótico, tropical.

También te recordé porque ella me trajo ayer una vieja carta de Steinbeck a su hijo, quien le pedía consejo de amor. Y este fue el que le dio: “If it is right, it happens — The main thing is not to hurry. Nothing good gets away.”

La carta era una hoja suelta que sacó de Las Viñas de la Ira, el libro que dejaste y desencadenó todo aquel tsunami de sucesos que la llevaron a dejar de ser mi esposa, continuar siendo tuya sin cargos de conciencia y -suerte para ambos- empezó a ser ella misma. ¡Cuántos años han pasado!

Sé que no apuraste nada, así que creo que es justo contarte que te extraña.

Empezó a llover de nuevo.

Ya te perdoné. Vuelve.

J.


Notas:

– Aquí se me mezclaron John Steinbeck (el Nobel autor de «The Grapes of Wrath», que da sentido al título de mi cuento) y Leonard Cohen (por «Famous Blue Raincoat», que le da sentido al cuento).

– Mi idea es robada de Cohen: un hombre que pierde a su esposa y a su amigo, pero el tiempo se los devuelve a ambos. El amor entrañable a Sofía y a su «asesino» quise hacerla notar en el dejo melancólico del texto. Se me antoja una secuela con las cartas de Sofía y la aparición de el tercero (el amigo, el hermano) para un final de redención o condena (no me decido).

– El consejo que Steinbeck da a su hijo Tom sale de una carta real fechada a noviembre 10 de 1958. Google it. It’s worth it.

– Es la página 39 de mi libro de cuentos «Asalhí«.