No hagas click aquí

Aunque lo intenté, no pude. Don’t Click It es un interesante experimento, pero francamente agotador y anti-natural.

El diseño y la tecnología son novedosas, pero no solamente me sentí extraviado por mucho tiempo (¿acaso debo usar el teclado y dar “enter”?) y después me parecía que mi navegación era desordenada.

Pero aprendí dos cosas:

Haciendo una analogía con las ventas en línea, en Internet el click es el “llamado a la acción”; uno puede girar el mouse aquí y allá, pero el objetivo final es dar click (que el usuario nos haga una orden de compra). Ese es el click que nos importa.

Segunda cosa que aprendí: al ver esta página me acordé de finales de la década de los noventa, donde salían cientos de punto.com que hacían “cosas insólitas” pero que no le prestaban ningún servicio real al usuario, ni le agregaban valor a la experiencia de Internet: el resultado (salvo el cometario o el vistazo) fue perderse en algún museo de rarezas de Internet.

Nota importante: volviendo a leer por vigésima vez «La estrategia del Oceano Azul», me apareció una tercera enseñanza de esta página: la innovación tecnológica sin valor agregado no es más que una curiosidad.