Sobre Social Media Experts y pañales

La teoría de las 10.000 horas de Ericsson indican que requiere ese espacio de tiempo para volvernos expertos en algo.

Entender mal esta teoría ha llevado a muchos a autonombrarse “Social Media Experts” por el sólo hecho de pasar mucho tiempo en las redes sociales, lo cual es más o menos como solicitar el diploma de médico por pasar mucho tiempo en el hospital.

Nos puede servir de consuelo que la proliferación de este nuevo tipo de profesionales de la red no se da únicamente en estas latitudes: en la India ya son un verdadero problema.

Lo que pienso al respecto:

Los SME perderán espacio frente a una versión evolucionada de quienes son profesionales en las comunicaciones…  las empresas encontrarán que sólo aquellos formados en teorías de la comunicación y tengan consciencia de las dinámicas de las epidemias sociales tienen el conocimiento y la capacidad suficiente para generar estrategias que sirvan de algo en los nuevos medios.

No nos vamos a poner de acuerdo sobre el futuro del Social Media mientras no haya una verdadera definición: debemos ponernos de acuerdo sobre los conceptos básicos. ¿Estamos hablando de una moda? ¿De una herramienta tecnológica? ¿Un nuevo sistema de valores? ¿Un sistema de comunicación por interrupción aunque asíncrono? ¿Todas las anteriores?

Se perderán pronto los límites entre conceptos separados que ahora definen las estrategias que se trazan en Social Media: movilidad, sincronía, digital delivery, social, customized experiencia, etcétera. Esto ya no será importante cuando se planteen estrategias: lo importante será el resultado (en estos días es más importante “tener presencia” que “generar resultados medibles”… es entendible por la novedad, pero eso no durará mucho).

Nos convertiremos en agnósticos-tecnológicos. Las plataformas dejarán de ser importantes, incluso los medios. Hoy es Twitter y Facebook, mañana tal vez no. No son los medios específicos, sino cómo la gente interactúa, y nos mudaremos a donde sea más fácil comunicarnos.

Creo, finalmente, que así pasemos 100.000 horas pegados de Twitter, entender la forma cómo la gente la usa no será posible en el mediano plazo. Aún estamos en pañales, chicos.