La Historia de la Fábrica de Pasta Dental (sobre las soluciones simples)

A veces las soluciones más sencillas llegan de fuentes inesperadas.

Una fábrica de pasta de dientes tenía un problema: algunas veces, despachaba cajas vacías, sin los tubos de pasta dental adentro.

La fábrica producía miles de productos de este tipo al día, y la ocurrencia de estos eventos era poca (unos pocos cientos de veces que, proporcionalmente, era una mínima cantidad)… el problema era que enojaba mucho a los compradores mayoristas, ya que debían revisar cada caja para asegurarse que no le tocara una vacía a sus clientes.

El CEO de la compañía entendía que este era un problema complejo y de extrema gravedad (el mercado de pastas de dientes es muy competido), así que llamó a expertos consultores.

8 millones de dólares después, un sistema de pesas en las líneas de producción solucionaron el problema.

Básicamente, cada vez que en la línea de producción se detectaba una caja que pesara menos de lo que debería, hacía sonar una alarma, paraba la cinta de producción y un operario era alertado para que sacara la caja vacía de la línea.

El sistema funcionó maravillosamente. «Un dinero muy bien invertido», pensaba el CEO. Orgulloso, pidió los datos que arrojaba el reluciente nuevo sistema de pesas para demostrar cuántas cajas vacías habían sido detectadas.

«Dos, señor gerente. Ya revisamos y el sistema de pesas sólo ha detectado dos.», dijo un funcionario de calidad.

«Pero si eran cientos de ocurrencias! Investiguen!».

En el proceso de investigación, el funcionario de calidad encontró, al inicio de la línea de producción, un ventilador que soplaba las cajas.

«¿Quien puso ese ventilador?», preguntó el funcionario.

«Las puso el operario asignado a quitar las cajas irregulares. A la segunda vez que sonó la alarma, puso el ventilador ahí y ahora cada caja vacía sale volando de la línea».

Queda claro que muchas veces pensar simple es mucho más rentable.

Fuente: lixo.orgvía