Amistad

–Claro que sí: la amistad tiene propósito.

–¿No debería ser desinteresada?

–No hay tal cosa como una relación humana desinteresada. Los amigos sirven para muchas cosas: para darte compañía, conectarte con otros seres humanos, reafirmar tus creencias, aclarar pensamientos, o para simple diversión.

El hombre canoso interrumpió su respuesta para tomar un sorbo de té. Continuó:

–Sabrás que es una amistad cuando no te importe que conozcan tus fragilidades. Que incluso, se puedan reír juntos de ellas. Verás, al final de todo, la amistad no es más que vulnerabilidades compartidas.

–¿Desde cuándo somos amigos, abuelo?

Otro sorbo de té precedió a la respuesta.

–Desde antes que nacieras.