Corruptio optimi pessima

– Bendígame padre, porque he pecado.

– Arrepiéntete y confiesa aquí con humildad tus faltas, hijo –dijo el capellán, reconociendo la voz del viejo alcalde del pueblo.

Fue una confesión larga.

Cuando por fin dijo el «vete en paz» se dirigió a su sobria habitación para quitarse de encima la casulla y la estola de color rojo pentecostal. Sentado, se quedó mirando a la pared con un gesto de angustia propia y vergüenza ajena.

– ¿Otra vez vino a confesar sus fechorías políticas en época electoral? –preguntó el joven asistente desde la puerta.

– Otra vez. Y Dios lo perdonó. Otra vez.

El joven ya sabía lo que debía hacer. Cerró la puerta del cuarto, le desamarró el cíngulo que aún colgaba de su cadera y le levantó el alba hasta la desnudez, para aliviarlo un poco del desasosiego que le impedía seguir con su obra de salvación.


Notas:

  • El título es una frase de Tomás de Aquino que traduce algo como «La corrupción de los mejores es la peor tragedia».
  • Después del enlace, hay una imagen en fondo negra lista para compartir. Corruptio Optimi Pessima.png