Pet Projects

Me gusta cuando alguien de mi equipo de trabajo tiene un pet project. Puede que no esté alineado con las estrategias corporativas, que no vaya a ser rentable o simplemente le haga perder su tiempo al empleado.

Pero es mi trabajo hacer que pueda alinearse, rentabilizarse y controlarse.

Esta es una apuesta que se me hace necesaria al conducir equipos humanos en donde la creatividad y el potencial de innovación deban ser estimulados constantemente. Y la responsabilidad de crear ese estímulo recae, según todas las teorías, en la empresa. ¿Por qué no seguirle la corriente a un empleado y dejarlo crear, desarrollar y (si es posible) implementar una idea que lo estimule a pensar, estudiar y trabajar con entusiasmo?

Lo peor que puede pasar es que la idea realmente no funcione, pero veremos a alguien en los pasillos que se levantó esa mañana con un sueño, por pequeño que sea. Y eso es bueno. Eso se verá reflejado en su trabajo.

No siempre saldrá bien. Pero otras sí: a Google le funcionó (AdSense, Gmail y Google Talk están entre los proyectos que nacieron de iniciativas de los mismos empleados) y es una práctica común entre la gente más creativa del mundo.

Creo que es buena idea darle la oportunidad a un pet project de vez en cuando.