Twitter, ¿el cuchillo del pensamiento profundo?

Regularmente, quienes defendemos el uso de la tecnología de los embates de quienes pretender ver en ella el diablo utilizamos esta frase:

«Los productos de la ciencia moderna no son en sí mismos buenos o malos; es el modo en que se usan lo que determina su valor»

David Sarnoff
Fundador de la RCA y la cadena NBC
1955 – Universidad de Notre Dame

Es la vieja metáfora del cuchillo: el cuchillo es bueno en manos de un genial cocinero, un arma mortal en manos de un malandrín.

Pues resulta que según Marshall McLuhan (quien acuñó hace medio siglo la famosa frase «El medio es el mensaje»), es mentira que exista tal inocencia por parte del medio:

 

«Esa frase (la de Sarnoff) es la voz del sonambulismo actual, la postura adormecida del idiota tecnológico».

Creo que no le falta razón. Creo que las redes sociales tienen una consciencia colectiva propia que se adueña de nuestro pensamiento y nos dificulta enormemente la necesaria actividad del pensamiento profundo.

Creo que cuando escuchamos cientos, miles de opiniones respecto a algo la creación de un criterio propio que siga una línea consistente de pensamiento se vuelve complicada.

Creo que no es fácil innovar filosóficamente cuando la sustentación de una idea no puede exceder los 140 caracteres.

Pero es una nueva realidad a la cual hay que hacer frente. Es una realidad que ha traído unos beneficios que sólo un idiota negaría (sólo con mencionar la democratización de la opinión y la información).

Es importante advertir que el pensamiento profundo está, nuevamente, amenazado.