A medida que los seres humanos nos vamos poniendo de acuerdo sobre algunos asuntos, los extremos tienden a desaparecer.
Por ejemplo, la democracia: ya estamos poniéndonos de acuerdo acerca del concepto de tiranía, aunque aún no lo hacemos frente a su antípoda, la anarquía.
Frente a los mercados pasa lo contrario: ya estamos de acuerdo en que el exceso de libertad en esa materia es castigado financieramente, pero su exceso de regulación parece aún una opción viable para algunos.
Si pasa lo que anunciaba Alexis de Tocqueville hace 150 años, falta poco para que dejemos de lidiar con estos problemas:
Casi todos los extremos se suavizan o reducen: todo lo que es extremo es sustituido por un término medio, a la vez menos elevado y menos bajo, menos brillante y menos oscuro…
Ya nos pusimos de acuerdo en cuanto a qué está bien y qué está mal en términos de derechos humanos, la alfabetización y el hambre.
Y creo que ya estamos en el camino de ponernos de acuerdo en cuanto a la democracia, la libertad de mercados y los derechos civiles (que son diferentes a los humanos).
Pero también estamos muy, muy lejos de hacerlo frente a la libertad de cultos, la tolerancia al disenso y los derechos de órbita íntima sobre el cuerpo (aquí cabe el homosexualismo y el aborto).
Pero en eso estamos. Nos demoraremos, pero en algún momento nos pondremos de acuerdo y esos extremos desaparecerán.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
24 May 2011
Extremismo a la baja
A medida que los seres humanos nos vamos poniendo de acuerdo sobre algunos asuntos, los extremos tienden a desaparecer.
Por ejemplo, la democracia: ya estamos poniéndonos de acuerdo acerca del concepto de tiranía, aunque aún no lo hacemos frente a su antípoda, la anarquía.
Frente a los mercados pasa lo contrario: ya estamos de acuerdo en que el exceso de libertad en esa materia es castigado financieramente, pero su exceso de regulación parece aún una opción viable para algunos.
Si pasa lo que anunciaba Alexis de Tocqueville hace 150 años, falta poco para que dejemos de lidiar con estos problemas:
Casi todos los extremos se suavizan o reducen: todo lo que es extremo es sustituido por un término medio, a la vez menos elevado y menos bajo, menos brillante y menos oscuro…
Ya nos pusimos de acuerdo en cuanto a qué está bien y qué está mal en términos de derechos humanos, la alfabetización y el hambre.
Y creo que ya estamos en el camino de ponernos de acuerdo en cuanto a la democracia, la libertad de mercados y los derechos civiles (que son diferentes a los humanos).
Pero también estamos muy, muy lejos de hacerlo frente a la libertad de cultos, la tolerancia al disenso y los derechos de órbita íntima sobre el cuerpo (aquí cabe el homosexualismo y el aborto).
Pero en eso estamos. Nos demoraremos, pero en algún momento nos pondremos de acuerdo y esos extremos desaparecerán.