Los que trabajamos en mercadeo deberíamos aprender de los hackers.
Cuando un hacker desea penetrar una red, o un computador, o un servidor, o lo que sea, utiliza dos enfoques (estoy sobre-simplificando, pero síganme la corriente): la Ingeniería Social o la Fuerza Bruta.
Con la Ingeniería Social, el hacker investiga a su víctima. Su comportamiento en la red, su forma de interactuar. Le encuentra el lado, y la ataca. Por ejemplo, enviándole un correo suplantando al banco pidiéndole la clave (si, si, hay gente que cae en esto aún) o tratando de adivinar sus claves mediante información conocida (su fecha de cumpleaños, de aniversario o el nacimiento de sus hijos).
Con la Fuerza Bruta, el hacker ataca de frente al sistema con algoritmos raros y técnicas traídas de los cabellos, pero que muchas veces funcionan. Las posibilidades de que el ataque prospere no son muchas, pero si lo logra, el daño es grande.
Los Hackers prefieren la Ingeniería Social
Esta técnica los hace pensar más (lo que de por sí lo hace más atractivo para este tipo de personajes) y les permite volver a repetir. Si lo hacen bien, saldrán indemnes y libres para volver a penetrar el sistema. La Fuerza Bruta los expone más, y si las cosas salen mal, es más fácil ser rastreados.
Y aquí hay algo por aprender.
A los empresarios nos encanta la Fuerza Bruta
¿Hay que lanzar un producto?
«Contratemos MAS vendedores, MAS publicidad, MAS eventos».
El mercado es más sutil. Es como un gato… si lo persigues con desespero, se irá. Pero si tienes paciencia y lo consientes, se arrimará a tus pies y ronroneará.
Y esa es la lección que nos dan los Hackers.
La Inteligencia Social del Mercaderista o Vendedor no son los estudios de mercado (sirven, pero no lo son).
Tampoco los brainstorms (o lluvias de ideas) con gente super-creativa.
Es aprender a escuchar.
A «sentir» nuestro mercado. A hacer lo que hace el «Rincón de la Abuela» con su torta de chocolate. O los «Pastelitos La Locura».
Apostaría a que detrás de las ideas y nuevos productos que salen de estas micro-corporaciones no hay un equipo de marketing analizando las variables de mercado.
Apostaría a que es alguien que conoce sus clientes, sus gustos, sus deseos. Que lo siente. Que sabe cómo iniciar una conversación con ellos.
Estas personas son los verdaderos Hackers del mercadeo.
18 Oct 2007
De Hackers, Fuerza Bruta y Mercados
Los que trabajamos en mercadeo deberíamos aprender de los hackers.
Cuando un hacker desea penetrar una red, o un computador, o un servidor, o lo que sea, utiliza dos enfoques (estoy sobre-simplificando, pero síganme la corriente): la Ingeniería Social o la Fuerza Bruta.
Con la Ingeniería Social, el hacker investiga a su víctima. Su comportamiento en la red, su forma de interactuar. Le encuentra el lado, y la ataca. Por ejemplo, enviándole un correo suplantando al banco pidiéndole la clave (si, si, hay gente que cae en esto aún) o tratando de adivinar sus claves mediante información conocida (su fecha de cumpleaños, de aniversario o el nacimiento de sus hijos).
Con la Fuerza Bruta, el hacker ataca de frente al sistema con algoritmos raros y técnicas traídas de los cabellos, pero que muchas veces funcionan. Las posibilidades de que el ataque prospere no son muchas, pero si lo logra, el daño es grande.
Los Hackers prefieren la Ingeniería Social
Esta técnica los hace pensar más (lo que de por sí lo hace más atractivo para este tipo de personajes) y les permite volver a repetir. Si lo hacen bien, saldrán indemnes y libres para volver a penetrar el sistema. La Fuerza Bruta los expone más, y si las cosas salen mal, es más fácil ser rastreados.
Y aquí hay algo por aprender.
A los empresarios nos encanta la Fuerza Bruta
¿Hay que lanzar un producto?
«Contratemos MAS vendedores, MAS publicidad, MAS eventos».
El mercado es más sutil. Es como un gato… si lo persigues con desespero, se irá. Pero si tienes paciencia y lo consientes, se arrimará a tus pies y ronroneará.
Y esa es la lección que nos dan los Hackers.
La Inteligencia Social del Mercaderista o Vendedor no son los estudios de mercado (sirven, pero no lo son).
Tampoco los brainstorms (o lluvias de ideas) con gente super-creativa.
Es aprender a escuchar.
A «sentir» nuestro mercado. A hacer lo que hace el «Rincón de la Abuela» con su torta de chocolate. O los «Pastelitos La Locura».
Apostaría a que detrás de las ideas y nuevos productos que salen de estas micro-corporaciones no hay un equipo de marketing analizando las variables de mercado.
Apostaría a que es alguien que conoce sus clientes, sus gustos, sus deseos. Que lo siente. Que sabe cómo iniciar una conversación con ellos.
Estas personas son los verdaderos Hackers del mercadeo.