De Borges, el Quijote y emprendedores despistados

Ilustración – El Quijote de La Mancha

En otra publicación me refería a la necesidad que tenemos de seguir modelos de comportamiento para ser mejores.

En el cuento llamado «Pierre Menard, autor del Quijote«, el autor argentino Jorge Luis Borges narra cómo el protagonista quería escribir de nuevo la obra de Cervantes:

«No quería componer otro Quijote -lo cual es fácil- sino el Quijote.
(…) no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran -palabra por palabra, línea por línea- con las Miguel de Cervantes».

Me parece increíble que una tarea imposible en términos literarios («pero no menos interesante«, decía Borges en su cuento) parezca el lugar común de muchos emprendedores por estos días.

«Voy a hacer algo muy parecido a Twitter…», «desarrollaré una comunidad virtual para que los amigos compartan eventos y fotos…», «en mi website, la gente podrá subir sus vídeos y distribuirlos».

Been there, done that. Copiar no funciona (bueno, no siempre).

Y Menard, el malogrado autor de El Quijote, lo ratifica:

«Mi empresa no es difícil, esencialmente. Me bastaría ser inmortal para llevarla a cabo».