Los sistemas complejos, entre más complejos, más susceptibles a tener accidentes.
«Son previsibles, pero inevitables» señala Charles Perrow, especialista en sociología de las organizaciones, quien los llamó «Accidentes normales».
A diferencias de los eventos Cisne Negro (que son explicables pero NO predecibles ni anticipables), los accidentes normales son inherentes a la complejidad del sistema, y no son normales por ser frecuentes, sino por ser esperables.
La muerte es normal entre mortales, pero solo se muere una vez. Los accidentes normales o sistémicos son infrecuentes, raros incluso, pero eso no es en absoluto tranquilizador.
Charles Perrow, Accidentes Normales (1984)
La pandemia de 2020 es un ejemplo: era esperable que dado un sistema de tan enorme complejidad como lo es la sociedad humana, algo saliera mal cuando surgiera un virus de fácil transmisión.
A finales del siglo XIX superamos los mil millones de seres humanos, y solo nos tomó dos siglos multiplicar por siete ese hito; ahora que somos tantos, nuestros problemas no son solo entre individuos o estados: son entre el individuo y el sistema.
Entendiendo la naturaleza de esos accidentes normales, y dado que son previsibles, la organización humana en escala social necesitará enfocarse en mitigar riesgos y crear planes de acción serios para la recuperación.
No se trata de si van a suceder o no, sino de cuándo, como es normal en todo accidente.
30 Sep 2022
Accidentes normales
Los sistemas complejos, entre más complejos, más susceptibles a tener accidentes.
«Son previsibles, pero inevitables» señala Charles Perrow, especialista en sociología de las organizaciones, quien los llamó «Accidentes normales».
A diferencias de los eventos Cisne Negro (que son explicables pero NO predecibles ni anticipables), los accidentes normales son inherentes a la complejidad del sistema, y no son normales por ser frecuentes, sino por ser esperables.
La pandemia de 2020 es un ejemplo: era esperable que dado un sistema de tan enorme complejidad como lo es la sociedad humana, algo saliera mal cuando surgiera un virus de fácil transmisión.
A finales del siglo XIX superamos los mil millones de seres humanos, y solo nos tomó dos siglos multiplicar por siete ese hito; ahora que somos tantos, nuestros problemas no son solo entre individuos o estados: son entre el individuo y el sistema.
Entendiendo la naturaleza de esos accidentes normales, y dado que son previsibles, la organización humana en escala social necesitará enfocarse en mitigar riesgos y crear planes de acción serios para la recuperación.
No se trata de si van a suceder o no, sino de cuándo, como es normal en todo accidente.