Carta para tí

Esta es una nota personal que escribí a mis hijas en navidad…
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Sé que es necesario dejarte algo en caso de que falte: algo sustancial, no solo cosas; no puedo postergarlo hasta mi vejez ni arriesgarme a irme antes de tiempo sin decirlo, así que aquí va…

Sé generosa. La generosidad es el desprendimiento de lo que posees y controlas, sea material o inmaterial. Sé generosa con todos y con todo: con tu tiempo, con tu amor, con tu dinero, con tus pertenencias. Seguro te sorprenderá ver que mucho de lo que has dado encontrará su camino de vuelta a ti.

Sé tolerante. La tolerancia es el desprendimiento del «tener la razón». Para aplicarla, usa la regla de oro… haz con los demás COMO QUISIERAS que hicieran contigo. Es muy distinto al “haz con los demás como han hecho contigo”, que es vengativo y no te queda. Recuerda: haz COMO QUISIERAS que hicieran contigo. Verás cómo cada ser humano es un universo en sí mismo, y te pondrás en sus zapatos. Como bono, la tolerancia te dará serenidad y atraerá como un imán la buena vibra de los demás.

Sé compasiva. La compasión es el desprendimiento de la gente porque das sin importar si lo merecen o no; la gente no va a intervenir en tu voluntad de ser buena con ellos… es la unión entre la generosidad y la tolerancia en su forma más feliz. Pero también recuerda ser compasiva contigo misma, pues así serás alguien a quien tú misma querrás querer. Tu amor propio se forjará sobre una base sólida, la condición suficiente y necesaria para ser amada.

Generosidad, tolerancia y compasión: eso te puedo dejar.

Lo demás, créeme, no será importante.