Estamos enriqueciendo a políticos y no a los científicos y maestros

(Estas son unas notas sueltas para un ensayo en construcción…)

Hay dos tipos de personas que no nos molesta que sean ricos: quienes nos curan y quienes nos hacen más inteligentes. Hay una tercera categoría -quienes nos entretienen- pero en mi concepto es una anomalía económica de nuestros tiempos (nunca un juglar fue millonario), así que no me referiré a ello ahora.

“nuestro sistema está diseñado para transferir riqueza solo a quienes saben cómo maniobrar en él”

El problema es que nuestro sistema está diseñado para transferir riqueza solo a quienes saben cómo maniobrar en él, principalmente políticos y comerciantes, dejando por fuera a quienes son los gestores de bienestar primario: los médicos, los científicos y los maestros.

No sé a ustedes, pero a mí no me molestaría ni poquito que el pediatra que trata a mis hijas llegue en su BMW, de buen humor y sin angustias, de tal forma que su atención sólo esté centrada en su paciente y en su permanente capacitación profesional. Me aterra la idea de que mi cardiólogo esté preocupado por sus cuentas mientras me hace una cirugía de corazón abierto, y ojalá hubiera dormido mucho la anoche anterior y esa mañana hubiera desayunado mientras lee el último estudio de laboratorio que indica que mi operación puede ser mucho menos dolorosa si utiliza la técnica X, descubierta recientemente por un médico igual de feliz y relajado que él en otra parte del mundo.

“La única preocupación de un maestro sin afugias económicas serían nuestros niños…”

Tampoco me molestaría ver llegar el profesor de matemáticas de mis hijas en una limosina, porque seguramente en el camino desde su suntuosa casa tuvo tiempo de meditar sobre su nuevo experimento para hacer el álgebra más fácil, más cotidiana y menos acartonada. La única preocupación de un maestro sin afugias económicas serían nuestros niños… cómo hacerlos más inteligentes, más estructurados pero más soñadores, más atrevidos en el uso de su conocimiento para el beneficio de todos cuando les llegue su turno.

«Que nadie se enriquezca» no es una opción en la sociedad moderna. Alguien lo será, mientras haya quienes estemos dispuestos a pagar un poco más con tal de obtener algo de mejor calidad… y sin lugar a duda, la salud y la educación son algo por lo cual no me importaría trabajar más duro con tal de obtener lo mejor de lo mejor.

El sistema actual es defectuoso… y para poder que lleguemos a semejante utopía debemos ser más creativos e inteligentes. Y si no lo logramos, podemos echarle la culpa a las cuentas sin pagar de nuestros profesores, que nos quitaron la posibilidad de soñar fuera de los esquemas actuales y así dejar de enriquecer políticos y que los médicos, científicos y maestros estén en la punta de la pirámide.