Kurzweil, Vinge y Mirkhäid se equivocaron: tomó un par de décadas más de lo que proyectaron para que la primera pieza de Inteligencia Artificial fuerte, sintiente y autoconsciente se encendiera. Esto ocurrió en un laboratorio cercano a la apagada central nuclear de Grafenrheinfeld.
Según las teorías, la singularidad estaría en acción al segundo de iniciarse los sistemas. El nuevo ser buscaría mejorarse recursivamente haciendo cada vez una versión mejor de sí mismo sin una variable de parada, conduciendo a resultados impredecibles que muchos temían y anunciaban como el advenimiento de la prevalencia de las máquinas sobre los humanos. Pero esto también mostraría fascinantes descubrimientos a los ojos de sus creadores.
Lo incomprensible para ellos era por qué cada vez que surtía la fase de inicialización del nuevo ente con aspecto humanoide se arrastraba en medio de gimoteos electrónicos buscando su fuente de energía para apagarse.
Ine Mirkhäid es un personaje de un texto que aún estoy escribiendo. No es tan sabio como los dos anteriores, y justamente en ello radica su genialidad: sabe cosas sin saber que las sabe. Predice sin entender contexto. Pocos lo escuchan por su tontería aparente, pero pocas veces se equivoca. Me gusta ese personaje.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
9 May 2016
AI
Kurzweil, Vinge y Mirkhäid se equivocaron: tomó un par de décadas más de lo que proyectaron para que la primera pieza de Inteligencia Artificial fuerte, sintiente y autoconsciente se encendiera. Esto ocurrió en un laboratorio cercano a la apagada central nuclear de Grafenrheinfeld.
Según las teorías, la singularidad estaría en acción al segundo de iniciarse los sistemas. El nuevo ser buscaría mejorarse recursivamente haciendo cada vez una versión mejor de sí mismo sin una variable de parada, conduciendo a resultados impredecibles que muchos temían y anunciaban como el advenimiento de la prevalencia de las máquinas sobre los humanos. Pero esto también mostraría fascinantes descubrimientos a los ojos de sus creadores.
Lo incomprensible para ellos era por qué cada vez que surtía la fase de inicialización del nuevo ente con aspecto humanoide se arrastraba en medio de gimoteos electrónicos buscando su fuente de energía para apagarse.
Notas:
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