Contra la coherencia

La coherencia es un valor supremo en el mundo pos-moderno.

Es una idea claramente religiosa, asociada a la santidad. No serlo es un mal en sí mismo, aunque sea utópico serlo.

La coherencia no es humana, como tampoco lo es la pureza. Su práctica solo implica sufrimiento:

Para ganarme el pan cada mañana
voy al mercado donde se compran mentiras.
Lleno de esperanza,
me pongo a la cola de los vendedores.

Hollywood, Poemas y Canciones, Bertolt Brecht

Ser coherente implica hacer todo lo que decimos apoyar, un imposible material.

Como hacer política sin tranzar; vivir en el capitalismo sin untarse de explotación; ser anti-globalista sin consumir.

Apoyar un fenómeno social no es mimetizarse con él. Vivir en sociedad es ensuciarse sin olvidarse de las prácticas higiénicas: uno no es un santuario.

Ser pos-moderno, Norberto Chavez (2017)

Reconocerse no-coherente es un paso para no vivir alienado o sentirse traicionero. Buscar serlo (aunque utópico) es moral: la coherencia es de ángeles, su búsqueda es humana.