El arte del autosabotaje

No es una decisión consciente, ni se puede planear.

La procrastinación, la indecisión y la autoindulgencia son el veneno del hombre capaz.

Uno puede sentir la pena en el alma al verse a sí mismo como una persona con talento y capacidad transformadora, pero sin hechos, incapaz de evitar dilatar la gratificación.

Pero hay una forma: así como este autosabotaje no se planea conscientemente, hay que cogerlo por sorpresa. Uno sabe cuando hay suficiente ilustración sobre un concepto, suficiente diagnóstico sobre un problema. Uno sabe cuando está en parálisis por tanto análisis. En ese punto…

Haga, no anuncie.

Haga, no planee.

Haga, no decida.

Haga.

Pero ya.