Tyler Cowen dice que «las frutas fáciles de recoger han sido cosechadas», para indicar que la innovación ha reducido su marcha desde hace varios años. Los 747 siguen dominando los cielos después de 40 años de su primer vuelo, y el transbordador espacial terminó su vida útil antes de ser renovado, por poner un par de ejemplos.
Netflix, por ejemplo, usó 1 millón de dólares que recibió por incentivo a la innovación en su sistema inteligente de recomendaciones (que ahora se usa en otras iniciativas). La fundación de Bill Gates, junto con 5 gobiernos, invirtió 1.500 millones de dólares en incentivos parecidos para una vacuna contra el neumococo, cuyos resultados ya afectan positivamente la vida de niños pobres en el mundo.
Y para no ir más lejos, Google permite a sus empleados utilizar 1 día laboral a la semana para sus proyectos personales (lo cual, si lo vemos desde una perspectiva económica, es muy costoso).
2. Fondear iniciativas de alta especulación
La lógica es simple: los proyectos que persiguen «ideas locas» o con una probabilidad no tan mínima de fracaso.
Resulta que esta aproximación genera un efecto curioso: los científicos se equivocan más, pero sus informes y artículos con los resultados terminan siendo una fuente invaluable para muchos otros investigadores, convirtiendo esos informes en los más codiciados por la comunidad científica y de «innovadores profesionales», lo cual resulta generando mejores ideas y más atrevidas iniciativas.
De hecho, la comunidad científica ha venido incentivando la «investigación con resultados improbables» de una forma muy curiosa con los Premios Ig Nóbel.
Interesantes aproximaciones. Y mucho más interesante implementarlas.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
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22 Jul 2011
Encendiendo la máquina de la innovación
Tyler Cowen dice que «las frutas fáciles de recoger han sido cosechadas», para indicar que la innovación ha reducido su marcha desde hace varios años. Los 747 siguen dominando los cielos después de 40 años de su primer vuelo, y el transbordador espacial terminó su vida útil antes de ser renovado, por poner un par de ejemplos.
La pregunta es.. ¿cómo incentivar la innovación?
Tim Harford, columnista del Financial Times, describe los dos métodos que han tenido éxito en los últimos años:
1. Dar Premios e Incentivos a la innovación
Netflix, por ejemplo, usó 1 millón de dólares que recibió por incentivo a la innovación en su sistema inteligente de recomendaciones (que ahora se usa en otras iniciativas). La fundación de Bill Gates, junto con 5 gobiernos, invirtió 1.500 millones de dólares en incentivos parecidos para una vacuna contra el neumococo, cuyos resultados ya afectan positivamente la vida de niños pobres en el mundo.
Y para no ir más lejos, Google permite a sus empleados utilizar 1 día laboral a la semana para sus proyectos personales (lo cual, si lo vemos desde una perspectiva económica, es muy costoso).
2. Fondear iniciativas de alta especulación
La lógica es simple: los proyectos que persiguen «ideas locas» o con una probabilidad no tan mínima de fracaso.
Resulta que esta aproximación genera un efecto curioso: los científicos se equivocan más, pero sus informes y artículos con los resultados terminan siendo una fuente invaluable para muchos otros investigadores, convirtiendo esos informes en los más codiciados por la comunidad científica y de «innovadores profesionales», lo cual resulta generando mejores ideas y más atrevidas iniciativas.
De hecho, la comunidad científica ha venido incentivando la «investigación con resultados improbables» de una forma muy curiosa con los Premios Ig Nóbel.
Interesantes aproximaciones. Y mucho más interesante implementarlas.
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