Empezó dejando de diluir en ungüentos sus cicatrices: decidió hacerlas más visibles como testimonio de aceptación a su imperfección y exclamación de orgullo por sanarlas.
Como los antiguos artesanos japoneses que reparaban las fracturas de la cerámica rellenándolas con oro, se ocupó por semanas y meses en reparar las huellas de sus propias heridas rellenando las grietas con resina dorada, como la savia amarilla que brota de los árboles.
Las marcas de tropezones de su niñez y adolescencia sanaron bajo el recubrimiento ámbar. Herida a herida, reparación a reparación, una joya sucedió a la porcelana.
En poco tiempo, su arte de resiliencia y poder tomó el camino de la perfección. al dejar de ocuparse en las fracturas externas y dedicarse a las internas: ahora, cada decepción y pesar trazaba un surco relleno de brillo nacarado en las paredes ventriculares.
Su corazón ahora es arte que late.
Notas:
Kintsugi es una técnica japonesa usada para arreglar las fracturas de la cerámica mediante la resina mezclada con oro. Las roturas hacen parte de la historia del objeto, y no se deben esconder. Este es un cuento sobre la reparación.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
22 Mar 2021
Kintsugi
Empezó dejando de diluir en ungüentos sus cicatrices: decidió hacerlas más visibles como testimonio de aceptación a su imperfección y exclamación de orgullo por sanarlas.
Como los antiguos artesanos japoneses que reparaban las fracturas de la cerámica rellenándolas con oro, se ocupó por semanas y meses en reparar las huellas de sus propias heridas rellenando las grietas con resina dorada, como la savia amarilla que brota de los árboles.
Las marcas de tropezones de su niñez y adolescencia sanaron bajo el recubrimiento ámbar. Herida a herida, reparación a reparación, una joya sucedió a la porcelana.
En poco tiempo, su arte de resiliencia y poder tomó el camino de la perfección. al dejar de ocuparse en las fracturas externas y dedicarse a las internas: ahora, cada decepción y pesar trazaba un surco relleno de brillo nacarado en las paredes ventriculares.
Su corazón ahora es arte que late.
Notas:
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