Némesis

“Doctor Leinz, el Centro de Control de Epidemias ya emitió la alerta. Sus sospechas eran acertadas.”

“Una alerta no es suficiente. Necesitamos que se apaguen ya mismo todas las cuentas en redes sociales y en sistemas de mensajería. La siguiente etapa será cegarlos a todos. A todos”.

En la pared, dos diplomas colgaban. Uno rezaba “Epidemiólogo”. El otro “Sexual Transmitted Diseases Specialist”.

Después de atender la llamada, se recostó en su silla y esbozó una mueca, como una sonrisa.

Por fin había encontrado su némesis: una enfermedad mortal, altamente contagiosa, que hacía lucir a las personas mucho más atractivas.