De las Revoluciones, la Escasez y las Ranas (consejos varios para tiranos y dictadores)

Antes de leer este ensayo, sepa, señor despistado, que no estoy de acuerdo ni con tiranías ni dictaduras. Me caen mal. Esta es una serie de deshilvanadas reflexiones sobre el manejo de las revoluciones y del porqué es una estupidez reprimirlas de la forma como se han venido reprimiendo en los últimos días.

El error de los tiranos es dar unas pocas libertades y después restringirlas. Eso genera revueltas y revoluciones, y más les valdría no haber concedido dichas libertades en primer lugar.

Queremos con más fuerza aquello que ganamos hace poco

El sociólogo James Chowning Davies lo explica en «Hacia una teoría de la revolución» y en su famosa J Curve:

Las revoluciones suelen aparecer cuando un periodo de desarrollo social y económico es seguido de un brusco retroceso. El sentimiento revolucionario aflora cuando las personas sienten que van a perder lo recién ganado.

“nuestra resistencia a la escasez es mucho mas fuerte con las cosas que hemos obtenido en periodos recientes”

Ojo: lo recién ganado. Las libertades y los bienes recién ganados no pueden ser arrebatados sin una pelea de por medio, tal como lo demostró la Revolución Rusa de 1917, la Egipcia en el 52 (si, también aplica la de 2011). Al parecer, nuestra resistencia a la escasez es mucho mas fuerte con las cosas que hemos obtenido en periodos recientes.

La sensación de escasez de algo nos hace valorarlo aún más de lo que merece

«No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes», dicen los románticos.Pero puede que no valiera tanto ni significara tanto hasta que se sintió su pérdida.

Pensando en reversa podemos concluir que la mejor forma de volver algo valioso es arrebatándoselo a alguien, lo cual funciona en todos los planos (el famoso efecto Romeo & Julieta). Puede que Romeo no fuera tan maravilloso, y la famosa pareja se hubiera divorciado años después, pero el efecto que trajo la prohibición de los Montesco y los Capuleto llevó al par de jóvenes a montar su propia revolución (que terminó muy mal, si se me permite agregar).

Aún más: estamos más proclives a creer sin cuestionamientos a una ideología que está siendo reprimida (Fromkin & Brock, 1971).

Receta: póngase a los revolucionarios en agua hirviendo…

Por esto, si fuera dictador no arrebataría libertades recién otorgadas. O por lo menos no de sopetón.

“la eliminación gradual de los derechos y libertades puede anestesiar los sentimientos revolucionarios”

La historia de la rana en agua hirviendo (aquí en español) es una clara metáfora que solucionaría en parte ese asunto: la eliminación gradual de los derechos y libertades puede anestesiar los sentimientos revolucionarios.

Resumiendo…

  • restringir derechos y libertades recién ganados es foco de revoluciones
  • las revoluciones no se conducen con la lógica sino con el sentimiento
  • … por ello, los bienes perdidos terminan siendo valorados mucho más
  • al final del cuento, la permanencia del tirano dependerá de su fuerza bruta o de su habilidad para eliminar las libertades de forma disimulada y paulatina.

Las revoluciones que vienen

Lo anterior es cierto para los movimientos políticos (como los de estos días en Oriente Medio), para gritos personales de independencia («hoy renuncio a mi trabajo para ser independiente»), para organizaciones que implementan cambios («a partir de hoy no se permite tomar café en los pasillos»), entre muchas otras situaciones.

Por ejemplo, creo que la estúpida campaña de la industria musical que busca limitar las descargas «ilegales» impulsando legislaciones restrictivas está en vía de generar un movimiento de tamaño mayúsculo en Internet.

Y creo que como seres humanos nunca estaremos satisfechos, y siempre habrá alguien queriendo liderar una revolución.

Esperaré mi turno. 🙂