Si hace algunos días al regresar de vacaciones me hubieran dicho que la versión del huracán katrina del mundo del mercadeo era “un celular que reproduce música”, probablemente lo habría tomado como un mal chiste.
Sin embargo, si hubieran empezado diciéndome que se trataba del último producto de apple, o mejor dicho, esperada evolución del famoso iPod, entonces habría sabido que la cosa iba en serio y que no era nada exagerada.
Y es que a propósito del sonado lanzamiento del iPhone, del que ya hablamos en nuestro post: El iPhone, un terremoto en la industria celular, es mucho lo que se ha dicho y se puede leer desde muchas perspectivas, una de ellas, bien sustanciosa por cierto, es la del marketing.
La gente empieza a especular, cuánto pagaría por él, será bueno lanzar un producto 6 meses antes de su salida al mercado, vendrán versiones más económicas, algo así como el iPhone nano, o Shuffle… se le toma el pulso al mercado por unos días, pero sobretodo, apple da buena cuenta de su estrategia de expectativa que empezó hace unos meses, cuando Jobs comenzó a decir que se traía algo grande entre manos.
Parejamente, los expertos de nuestro campo nos hemos venimos preguntado ¿Cuál es su secreto para que Steve Jobs se haya convertido en el Rey Midas? Todo lo que toca parece convertirlo en oro, sino, basta mirar las cifras de ventas de su compañía en los últimos años.
Cómo llegó la marca iPod a ser un concepto
En el mundo del Marketing no es un secreto que es más fácil vender conceptos que marcas o productos. Recordamos el concepto de libertad y fuerza del Hombre Marlboro, o el concepto de rebeldía que nos venden junto con las motos Harley Davison.
El iPod, parejamente, a riesgo de parecer poético, es la consecución de un estilo de vida, o mejor, de una sencilla manera de pensar la vida (think, como el lema de apple), es un objeto de diseño minimalista y cuidado, que casi se convierte en un accesorio de moda y un símbolo de modernidad.
Esta particular manera pensar sus productos es el principal activo de apple. Desde hace unos meses cuando el Wall Street Journal especulaba que el próximo lanzamiento de “Mac” sería un teléfono celular, sabíamos que de ser cierto, apple nos sorprendería, y así sucedió.
Visto objetivamente, el iPhone no es una maravilla tecnológica venida de otro mundo, se trata tan sólo de un celular cuyas funciones y características ya han sido incorporadas por otros fabricantes.
LG por ejemplo, presentó en enero su modelo LG KE850, una versión sospechosamente parecida al iPhone de apple, tiene un diseño similar y también cuenta con pantalla táctil.
No obstante, bien sabemos que nuestro mundo es mucho más sutil y divertido que eso y los ‘consumidores’ (para llamarlos de alguna manera) no pueden ser reducidos a estas miradas tan simples, despojadas de toda clase de sentimientos.
Mucho más que un teléfono
De hecho, al mirar el clásico iPod de una manera reduccionista (olvidando sus miles de accesorios) veremos que se trata de un disco duro con un par de audífonos, y como sabemos, de estos juguetes está plagado el mercado.
Y sin embargo, este sencillo aparatito es el dueño del mercado y parece tener un ‘ángel’ o una magia que dará para muchos años más. El iPod ahora evolucionado a iPhone es mucho más que un teléfono.
El iPhone remplaza los miles de boloncitos habituales en un celular (tiene sólo un botón) por unos controles táctiles que aparecen en pantalla y se reconfiguran según la función que estamos usando.
De esta manera se aplica al mundo celular (aunque no por primera vez) la tecnología de pantalla sensible al tacto tan extendida en otros campos, evitando los pequeños punteros plásticos que se nos pierden o escurren de las manos, los dedos; como dice Jobs, los dedos son nuestros mejores lápices, y siempre los tendremos “a mano”.
La gran lección de Jobs puede ser tratar de hacer productos que se adapten a las personas, y no vender productos a los que tengamos que adaptarnos y aprenderlos a través de pesados manuales.
Apple se ha preocupado por crear productos intuitivos, fáciles de aprender y manejar para todos, incluso para inexpertos en tecnología. Cuántas veces hemos tratado de hacer y vender cosas que difícilmente podemos manejar o presentar.
El iPod, para mostrar un ejemplo, después de los miles de diseños de audífonos ensayados por las grandes marcas como Sony, Aiwa o Panasonic, volvió al diseño original, sencillo y cómodo. El mensaje de fondo, ahora con este pequeño teléfono cuadrado, es quizá volver a lo simple, volver a pensar en elementos para las personas.
El iPod y ahora su aventajado alumno, el iPhone, parecen confirmar la máxima sinérgica: “El todo es superior a sus partes”, no se trata de vender unos cuantos chips en una cajita plástica, sino de todo el ‘aura’ que rodea un producto, lo que lo lleva a convertirse en un Símbolo, en un concepto, como lo es el iPod para esta generación.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
12 Ene 2007
¿Será el iPhone el nuevo paradigma del celular?
Si hace algunos días al regresar de vacaciones me hubieran dicho que la versión del huracán katrina del mundo del mercadeo era “un celular que reproduce música”, probablemente lo habría tomado como un mal chiste.
Sin embargo, si hubieran empezado diciéndome que se trataba del último producto de apple, o mejor dicho, esperada evolución del famoso iPod, entonces habría sabido que la cosa iba en serio y que no era nada exagerada.
Y es que a propósito del sonado lanzamiento del iPhone, del que ya hablamos en nuestro post: El iPhone, un terremoto en la industria celular, es mucho lo que se ha dicho y se puede leer desde muchas perspectivas, una de ellas, bien sustanciosa por cierto, es la del marketing.
La gente empieza a especular, cuánto pagaría por él, será bueno lanzar un producto 6 meses antes de su salida al mercado, vendrán versiones más económicas, algo así como el iPhone nano, o Shuffle… se le toma el pulso al mercado por unos días, pero sobretodo, apple da buena cuenta de su estrategia de expectativa que empezó hace unos meses, cuando Jobs comenzó a decir que se traía algo grande entre manos.
Parejamente, los expertos de nuestro campo nos hemos venimos preguntado ¿Cuál es su secreto para que Steve Jobs se haya convertido en el Rey Midas? Todo lo que toca parece convertirlo en oro, sino, basta mirar las cifras de ventas de su compañía en los últimos años.
Cómo llegó la marca iPod a ser un concepto
En el mundo del Marketing no es un secreto que es más fácil vender conceptos que marcas o productos. Recordamos el concepto de libertad y fuerza del Hombre Marlboro, o el concepto de rebeldía que nos venden junto con las motos Harley Davison.
El iPod, parejamente, a riesgo de parecer poético, es la consecución de un estilo de vida, o mejor, de una sencilla manera de pensar la vida (think, como el lema de apple), es un objeto de diseño minimalista y cuidado, que casi se convierte en un accesorio de moda y un símbolo de modernidad.
Esta particular manera pensar sus productos es el principal activo de apple. Desde hace unos meses cuando el Wall Street Journal especulaba que el próximo lanzamiento de “Mac” sería un teléfono celular, sabíamos que de ser cierto, apple nos sorprendería, y así sucedió.
Visto objetivamente, el iPhone no es una maravilla tecnológica venida de otro mundo, se trata tan sólo de un celular cuyas funciones y características ya han sido incorporadas por otros fabricantes.
LG por ejemplo, presentó en enero su modelo LG KE850, una versión sospechosamente parecida al iPhone de apple, tiene un diseño similar y también cuenta con pantalla táctil.
No obstante, bien sabemos que nuestro mundo es mucho más sutil y divertido que eso y los ‘consumidores’ (para llamarlos de alguna manera) no pueden ser reducidos a estas miradas tan simples, despojadas de toda clase de sentimientos.
Mucho más que un teléfono
De hecho, al mirar el clásico iPod de una manera reduccionista (olvidando sus miles de accesorios) veremos que se trata de un disco duro con un par de audífonos, y como sabemos, de estos juguetes está plagado el mercado.
Y sin embargo, este sencillo aparatito es el dueño del mercado y parece tener un ‘ángel’ o una magia que dará para muchos años más. El iPod ahora evolucionado a iPhone es mucho más que un teléfono.
El iPhone remplaza los miles de boloncitos habituales en un celular (tiene sólo un botón) por unos controles táctiles que aparecen en pantalla y se reconfiguran según la función que estamos usando.
De esta manera se aplica al mundo celular (aunque no por primera vez) la tecnología de pantalla sensible al tacto tan extendida en otros campos, evitando los pequeños punteros plásticos que se nos pierden o escurren de las manos, los dedos; como dice Jobs, los dedos son nuestros mejores lápices, y siempre los tendremos “a mano”.
La gran lección de Jobs puede ser tratar de hacer productos que se adapten a las personas, y no vender productos a los que tengamos que adaptarnos y aprenderlos a través de pesados manuales.
Apple se ha preocupado por crear productos intuitivos, fáciles de aprender y manejar para todos, incluso para inexpertos en tecnología. Cuántas veces hemos tratado de hacer y vender cosas que difícilmente podemos manejar o presentar.
El iPod, para mostrar un ejemplo, después de los miles de diseños de audífonos ensayados por las grandes marcas como Sony, Aiwa o Panasonic, volvió al diseño original, sencillo y cómodo. El mensaje de fondo, ahora con este pequeño teléfono cuadrado, es quizá volver a lo simple, volver a pensar en elementos para las personas.
El iPod y ahora su aventajado alumno, el iPhone, parecen confirmar la máxima sinérgica: “El todo es superior a sus partes”, no se trata de vender unos cuantos chips en una cajita plástica, sino de todo el ‘aura’ que rodea un producto, lo que lo lleva a convertirse en un Símbolo, en un concepto, como lo es el iPod para esta generación.
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