Drop the ‘the’

Sean Parker alguna vez aconsejó a Mark Zuckerberg eliminar el The en The Facebook.

Pues algunas personas en New York se empezaron a referir a the West Side como West Side; a the East Village como East Village; a the Lower East Side como Lower East Side.

Y los locales están escandalizados.

Las nomenclaturas locales son móviles, y no hay mucho que la indignación nativa pueda hacer al respecto.

No solo con el cambio de nombres completos (los maoríes vieron cómo cambiaron su Aotearoa por Nueva Zelandaahora lo quieren de vuelta–; a Lutetia la convirtieron en París; y en general, muchas otras ciudades han cambiado de nombre): también con las variaciones en el artículo definido que los antecede.

En la Argentina está pasando.

«El país pudo llamarse Provincias Unidas del Río de la Plata, o de Sudamérica […]. Pero se llamó y se llama la Argentina. El nombre adoptado por los poetas ha triunfado sobre todos los nombres de la prosa oficial».

Ángel Rosenblat, El nombre de la Argentina (1964) – referencia

Pues la Argentina de los poetas ahora es llamada casi siempre Argentina; así, a secas (aunque parece que se mantiene cuando se refieren a su selección de fútbol).

Veamos si la Ukrania, los Estados Unidos, el Congo o el Vaticano también, por costumbre, pierden su artículo definido.

«Es más limpio», diría Sean.