Escuchar a las multitudes

La forma en que las empresas se comunican con el público ya cambió. Internet lo posibilitó y quienes no lo entendieron ya salieron del aire, o están por salir.

Esto ha hecho que las empresas hagan un esfuerzo honesto por escuchar a sus clientes por todos los medios posibles. Se crean estrategias digitales tan volátiles como los canales que están intentando escuchar.

Creo que no hay que escuchar todo. Creo que hay mejor recompensa en afinar el oído. Aprender a escuchar la retroalimentación útil.

«Es que todo el mundo dice» o «a nadie le parece que» no deben ser frases que se digan en un entorno corporativo serio. ¿Quién lo dijo?, ¿a qué grupo demográfico pertenece?, ¿qué se hizo bien o mal para recibir ese comentario?

Hay que afinar nuestra capacidad para oír melodías entre los gritos de la multitud.