Haokah

También llamados heyokas, eran bufones sagrados de los sioux, que reían cuando había aflicción y lloraban cuando su alma reía.

Que iban por la vida preguntando impertinencias y contestando lo que no se pregunta.

Siempre contra natura, pedían mantas para el calor y hielo para el frío, aplanaban lo abultado y desviaban lo enrutado.

Espíritus impertinentes cuya misión era reflejar dudas, engendrar koans, plantar vigas en los ojos propios.

Hoy los sioux viven en unos ocres acres y películas sepia, pero algún haokah aparece en estas épocas en forma de amigos que uno no sabe por qué quiere.