La publicidad por interrupción es muy común para promocionar productos del conocimiento, y si se hace bien, debería llamar la atención para generar una compra consciente (son muy pocos quienes compran información solo por impulso).
Y la consciencia necesita atención. El problema es que la consciencia, que es un recurso que necesitamos para poder incorporar nuevos conocimientos, es una vía con un solo carril.
Aprender requiere consciencia de lo que estamos aprehendiendo (sí, con h intermedia), y para ello necesitamos fijar nuestra atención en el sujeto que nos da el conocimiento.
Las decisiones informadas de compra se dan únicamente cuando el comprador es consciente durante el proceso
“interrumpir al usuario para captar su atención es un método muy costoso”Tweet This
Quienes trabajamos en la industria del conocimiento nos vemos en problemas para captar la atención de nuestro público precisamente porque sus niveles de atención no necesariamente van ligados a un nivel de consciencia suficiente para generar una intención real de compra. Por ello, interrumpir al usuario para captar su atención es un método muy costoso. La publicidad por interrupción, llámese banners, popups, notificaciones al celular, puede que funcionen un par de veces, pero su efectividad merma en la medida que quien lo recibe decide dejar de atender conscientemente.
No es igual empujar una venta que generar una intención de compra
Esto lo sabemos quienes vivimos en la industria de la venta de conocimiento: la intención de compra está más asociada a la credibilidad de marca y a un producto contundente que a tácticas de venta creativas. Puede que estas últimas funcionen, pero si no están sustentadas en la credibilidad de la marca, no hay recompra, el componente fundamental que da la posibilidad de ser consistentes en la entrega de información, que es de lo que vivimos quienes estamos metidos en esto.
“si vamos a interrumpir más nos vale lograr que la atención lograda sea completa y consciente”Tweet This
Es importante ser muy selectivo en la forma en que vamos a interrumpir la atención de un prospecto. O mejor aún, hacerlo muy poco. Hacernos tan indispensables que ellos terminen comprándonos, sin necesidad de empujar la venta, de tal forma que las ocasiones en que interrumpamos su atención sea para aumentar nuestro acceso a su presupuesto y crecer en credibilidad. Siendo lo único disponible, si vamos a interrumpir más nos vale lograr que la atención lograda sea completa y consciente.
Hay que saber administrar esa atención lograda con sabiduría.
Al publicitar los productos de Actualícese siempre respondemos estas siete preguntas:
What?
Why?
Where?
When?
Who?
How?
How much?
Los productos de conocimiento en comunidades verticales requieren dar mucha explicación acerca de lo que recibirá el usuario; no hay un solo usuario nuestro que no tenga al menos un título profesional.
Pero resulta que esta metodología no sólo es útil para vender: hacerse estas preguntas sirve mucho para definir y acotar los alcances de nuestro producto o servicio.
Y estoy seguro que para otras cosas también aplica esta metodología, desde los proyectos personales hasta otro tipo de industrias.
Que nos roben una idea es un miedo recurrente en los emprendedores. La paranoia a que alguien tome uno de nuestros sueños y lo haga realidad y no nos dé el crédito genera una angustia existencial que es inexplicablemente mayor a la desazón que deberíamos sentir por no llevarlos a cabo.
“muchos de los productos más exitosos no salen de nuevas ideas, sino de la innovación sobre conceptos existentes”Tweet This
Aquí hay dos malas noticias: primero, muchos de los productos más exitosos no salen de nuevas ideas, sino de la innovación sobre conceptos existentes. Pongamos un ejemplo de moda: Apple. El iPad fue inventado hace ya muuucho rato, pero esta compañía fue la que lo potenció y lo hizo el éxito que es. Igual con el Apple Watch (nadie puede decir que Jobs o Cook se inventaron el reloj, faltaba más) o con las últimas funcionalidades del nuevo sistema operativo del iPhone. Apple supo innovar sobre ideas existentes y sobre ellas agregó valor. ¿Resultado? Ventas multimillonarias.
La segunda mala noticia respecto a atesorar ideas como Gollum (el repugnante ser enamorado del anillo del poder, en El Señor de los Anillos) es que posiblemente ese sueño que atesoramos y no queremos soltar se le ha ocurrido a otro, y si estamos muy de malas o somos malos ejecutores, lo llevará al mercado más rápido. Y eso duele mucho.
¿Qué hacer?
“debemos acostumbrarnos a crear productos «Hola Mundo»”Tweet This
Mi granito de arena: debemos acostumbrarnos a crear productos «Hola Mundo». Este tipo de productos sirven para probar el mercado, saber si a quienes queremos llevar nuestro producto realmente pagarían por él. Ojo: no dije «realmente les gustaría«. Dije: «pagarían por él«. Hay un gran trecho entre que un producto le guste a la gente y otro que pague por él.
Les llamo «Hola Mundo» por mis antiguas, viejas, viejísimas raíces de programador. Siempre que un desarrollador quiere saber si todas las herramientas para programar quedaron bien instaladas y configuradas, y también cuando es la primera vez que tiene una aproximación a un nuevo lenguaje de programación, escribe un pequeño programa, cuyo nombre es, invariablemente, «Hola Mundo». Pregunte a un técnico o ingeniero de sistemas cercano acerca de los 10 momentos más felices de su vida, y seguramente 3 o 4 de ellos incluyen «el día que vi en la pantalla ‘Hola Mundo’ en X lenguaje». Es en serio, intente y verá.
El 5% de un quinto
“Si tengo 100 clientes, pruebo con 20. Con UNO que muestre interés (un 5%) ya es suficiente”Tweet This
En el mercadeo no es distinto: me ha ido muy bien poniendo a punto productos, paquetes o promociones en prueba bajo un esquema simple, que no me haga perder mucho tiempo en caso de que no funcione. Si tengo 100 clientes, pruebo con 20. Con UNO que muestre interés (un 5%) ya es suficiente para abordarlo con más seriedad y llevarlo a un público más amplio. En caso contrario, se transforma o se deshecha.
El método Hola Mundo tiene 3 características:
debe ser de rápida implementación,
debe ser MUY simple (si requiere una página de 30 puntos para explicar el producto u oferta, no sirve para este tipo de métodos), y
debe ser muy fácil de medir.
Para los ingenieros, lo único importante es que aparezcan esas palabras («Hola Mundo») en la pantalla para saber que todo está bien: así debería ser para usted. Se vendió o no se vendió, gustó o no gustó. Simple.
Cuando uno adquiere velocidad en el despliegue y la medición, ya que nos roben ideas no será un problema. De hecho, que intenten.
Mi profesor de física en el colegio tenía el carisma de un Senador de la República y la pedagogía de Gina Parody; con esa virtuosa combinación me parece a estas alturas un milagro que una de sus enseñanzas sea una de las pocas que me quedó de esos tiempos. «Zuluaga, dígame, ¿cómo se mide el frío?». «Esteee… ¿en centígrados?»; «No, Zuluaga, no sea bruto, tiene cero. El frío no se mide porque no existe».
“el frío como propiedad física no existe… lo que sí existe es la ausencia de calor”Tweet This
Y sí. Resulta que el frío como propiedad física no existe… lo que sí existe es la ausencia de calor. Siendo estrictos académicamente, no podemos decir que «está haciendo frío», sino que «no está haciendo calor». Y esto se aplica a un montón de cosas, entre las cuales están las relaciones interpersonales, y, cómo no, los negocios.
En los negocios, el «odio» se puede revertir
Veamos: si Pepito «odia» a Juanito, piensa permanentemente en él, su presencia le perturba, está pendiente de qué hace, y de hecho le afecta cualquier cosa que Juanito haga.
“el odio es un sentimiento más afín al amor que a la indiferencia”Tweet This
Según eso, podemos estar todos de acuerdo, el odio es un sentimiento más afín al amor que a la indiferencia. Sin embargo, sanar esa relación puede ser posible y dado que hay puntos en común, hay chance.
Si alguien «odia» nuestra marca o nuestros productos o servicios, convertir a esta persona es mucho más fácil y menos costoso que hacerlo con alguien indiferente, dado que ya hay una relación creada y le conocemos, sabemos qué quiere y cuánto nos costará convencerlo de querernos de nuevo. Siguiendo con la analogía de la física, es una relación a la que le falta calor. La solución, pues, es obvia.
Cuando no existimos para el mercado: ese SÍ es un problema
Pero con alguien que no nos conozca la dinámica es distinta. Ahí no hay frío, sino falta absoluta de calor. No hay amor, sino indiferencia total (hasta sería mejor que hubiera odio, porque es más fácil de resolver), por lo que es menester abordar el asunto con otras técnicas. En toda empresa debería existir alguien pensando en cómo llegar a quienes no nos conocen, y esa es la génesis de un departamento de mercadeo.
Con esa noción, los objetivos cambian: ya sabemos que no debemos interactuar de la misma forma con alguien con quien ya tenemos una relación de negocios, porque a esa persona ya la conocemos. Lo que debemos hace es conocer a quienes no nos conocen, entender sus hábitos, qué le mueve, a quién le han comprado antes, qué hace que no nos conozcan aún, y sobre todo, cuál sería el estímulo requerido para que aceptara iniciar una conversación con nosotros.
Metiéndole inteligencia
“Romper la indiferencia no es fácil si no conocemos a quien queremos seducir”Tweet This
La Inteligencia de Mercados es una rama del mercadeo que toda empresa, grande o pequeña, debe asumir como parte vital del engranaje corporativo. Romper la indiferencia no es fácil si no conocemos a quien queremos seducir, por la misma razón que la tasa de éxito de los galanes que se acercan a bellas damas en un bar es tan baja. Puede que a algunos les funcione, pero en términos generales el no tener un punto en común para iniciar una conversación acaba con cualquier iniciativa, y con el ego de muchos. Y para romper la indiferencia es necesario hacer la tarea: investigar a quienes queremos conocer.
Y pensándolo bien, si mi profesor de física hubiera entendido esto, seguramente hoy muchos de mis compañeros y yo nos hubiera seducido la física y estaríamos con una bata blanca en un laboratorio.
A las personas, en general, no nos gusta hacer colas. Lo interesante es cuánto estamos dispuestos a pagar para no hacer una. Aquí les voy a contar cómo lidiamos con una situación como estas en actualicese.com con un tremendo éxito.
“hacemos más de 70 al año, y en el último año ya llevamos 15.000 asistentes”Tweet This
En actualicese.com nos especializamos en actualizar a nuestros usuarios en cuestiones contables y tributarias. Lo hacemos mediante servicios gratuitos y servicios premium. Entre los últimos están los seminarios de actualización profesional, de los cuales hacemos más de 70 al año, y en el último año ya llevamos 15.000 asistentes. Es una división de negocios robusta y en movimiento.
Los eventos presenciales tienen muchos detalles que requieren atención, pero ninguno tan importantes para el CEO (mi padre, Jose Hernando Zuluaga) que la demora en la entrada. En sus palabras, «es una falta de respeto poner a una persona que nos ha pagado a esperar en una cola de entrada… son profesionales, no pueden perder el tiempo por algo que podemos prever y agilizar».
Y esa es la consigna: prever y agilizar al máximo. Por ello en el proceso de registro ponemos al 90% de nuestro equipo humano exclusivamente a trabajar en las mesas de inscripción. La Líder de Protocolo y Eventos Presenciales es obsesiva con este asunto, por lo que es raro que a un usuario le tome más de 5 minutos desde el momento que entra a registro al momento de sentarse en su puesto.
Es impresionante dispositivo tiene un problema: el espacio físico en donde se pueden poner mesas de registro es limitado, lo cual hace imposible asegurar que no habrá colas. Los hoteles y centros de convenciones son mucho más generosos en espacios en las zonas de comida (que les genera ingresos), y las salas de eventos (que les genera aún más ingresos).
Twitter no es fácil de entender para las empresas. Su utilidad es todo menos obvia para su uso por fuera de la lúdica, la diversión y la socialización. Pero funciona. Aquí hablaré del caso de actualicese.com y su estrategia en Twitter, que puede ser copiada por cualquier profesional que desee vender sus servicios en Internet.
“usar Twitter es parecido a montar en bicicleta: por toda la teoría que uno lea, sólo al estar encima de ella y darse un par de porrazos uno sabrá en qué consiste su gracia”Tweet This
Esta nueva red social confunde por su simplicidad: sólo son pedazos de textos en un máximo de 140 caracteres, libres para el mundo. Y usar Twitter es parecido a montar en bicicleta: por toda la teoría que uno lea, sólo al estar encima de ella y darse un par de porrazos uno sabrá en qué consiste su gracia.
Por ello no entraré en detalles acerca de su funcionamiento, y lo voy a hacer desde mis tres experiencias: Twitter para uso personal, para la venta de servicios y para uso corporativo, como lo es actualicese.com.
En mi Seminario en Mercadeo de Servicios Profesionales una parte importante la tiene la explicación de la Marca Personal como un elemento que le dará autenticidad y valor a nuestra oferta de servicios.
Y es que vender servicios profesionales no es fácil. Hay factores imponderables que hacen que el valor de nuestra oferta sea comparada con factores por fuera de nuestro alcance: si vamos a vender un servicio contable, por ejemplo, difícilmente podremos superar sin escollos el asunto de las tarifas, dado que las variables exógenas que inciden sobre estas superan muchas veces las fortalezas endógenas del valor agregado que queremos entregar: una cosa es saber lo que se tiene, otra cosa es saber cómo ofertar.
“es un «aura» alrededor de nuestro nombre que habilita oportunidades comerciales”Tweet This
Para dejar a un lado estos factores de difícil control, la única solución es que desarrollemos una Marca Personal, que es un «aura» alrededor de nuestro nombre que habilita oportunidades comerciales seria y contundentemente.
Tom Peters (quien acuñó el término) la define así:
“La marca personal enlaza tus pasiones, tus atributos clave y tus fortalezas con una proposición de valor, dejando claro lo que te diferencia de los demás.”
Sin autenticidad no hay marca
“La Marca Personal es un reflejo de nuestra personalidad, no un maquillaje”Tweet This
Ojo con la definición de Peters: la Marca Personal no deja espacio a que digamos poseer de virtudes que no tenemos. La Marca Personal es un reflejo de nuestra personalidad, no un maquillaje. Es claro que un componente primordial es la pasión que sintamos sobre el servicio que desarrollamos, y con sólo este componente podemos eliminar de tajo cualquier intención que podamos tener de «hacer de cuenta» que nos gusta algo que no. Si no amamos lo que hacemos, difícilmente podremos reflejar pasión. Si no amamos lo que hacemos, no podremos exhibir fortalezas, dado que esta es la única forma de encontrar motivación para mantenernos actualizados, buscando y curioseando más que nuestros colegas en los temas de los cuales esperamos lucrarnos; sin cariño por lo que hacemos, no es viable pensar que lograremos diferenciarnos y superar en valor percibido a competidores altamente motivados y seguramente competentes.
La Marca Personal trasciende incluso nuestra intenciones: el Dalai Lama no se levantó una mañana y pensó «quiero verme como un ser humano íntegro y profundo». Simplemente ES íntegro y profundo, lo refleja, y su reputación lo precede. Y es tan cierto en lo bueno como en lo malo: difícilmente «Il Cavalieri» Berlusconi logrará deshacerse de su imagen de mujeriego y de dudosa moral. Los primos Nule, famosos en Colombia por su escándalo de corrupción, muy posiblemente jamás lograrán desmarcarse de la corrupción.
El código que nos define
Clotaire Rapaille, investigador en neurociencia aplicada al mercadeo, descubrió en su libro «El Código Cultural» que las marcas son un etiquetado natural en nuestro cerebro que viene inserto en nuestra cultura. Es interesante, por ejemplo, como los códigos culturales, que varían de nación a nación y etnia a etnia, se preservan en conceptos específicos: por ejemplo, el código para Médico es HEROE. En nuestro inconsciente personal y colectivo, Rapaille descubrió que relacionamos estos dos conceptos en nuestro cerebro sin siquiera meditarlo. Por ejemplo, el código para enfermera, es MADRE.
Esto es relevante para la Marca Personal en cuanto a que los códigos nos muestran las cosas que los consumidores sienten, no lo que “dicen” que quieren.
“la Marca Personal es lo que nuestros clientes «sienten» alrededor de nuestro nombre.”Tweet This
Y la Marca Personal es lo que nuestros clientes «sienten» alrededor de nuestro nombre. Con esa información inconsciente, no hay necesidad de hacer esfuerzos mayores para justificar un mayor valor en nuestra oferta de servicios: nuestro cliente aceptará de buena gana que el precio pueda ser más elevado, dado que está recibiendo un intangible que le agregará un valor que se traducirá en tranquilidad y confianza. Ese intangible es la Marca Personal.
¿Cómo potenciar la Marca Personal?
En mi charla hablo de ello y dos varias pautas: en primer lugar, evaluar nuestra marca actual. Muy posiblemente no tengamos idea de dónde empezar, por lo que es muy útil hacer un breve sondeo mental sobre las virtudes por las cuales pensamos que somos reconocidos, para confrontarlas después con aquellas por las cuales queremos ser reconocidos.
“Este ejercicio le dará sentido de propósito y pertenencia a un valor fundamental”Tweet This
Este ejercicio corto nos va a dar luces para el siguiente paso: crear una frase que defina nuestra Marca Personal. Pero no se preocupe: no es que usted va a ir por ahí anunciándose con un megáfono usando dicha frase, ni va a enchapar sus tarjetas de presentación con ella. Este ejercicio le dará sentido de propósito y pertenencia a un valor fundamental (honestidad, excelencia, calidad, lealtad… nombre el que quiera). Y ese es un excelente inicio… ya después viene el proceso de exposición de dicha Marca Personal, pero eso ya es un trabajo más operativo que cualquier cosa.
En la conferencia que puede ver a continuación están algunos de estos puntos, y varios más que voy enumerando…
Esta es una propuesta «indecente» típica en el Mercado de Servicios. Me ha pasado en el mundo de los servicios profesionales, el software, el licenciamiento de contenidos y veo que es una práctica regular en el diseño, publicidad y hasta en servicios legales.
El panorama típico es: quien contrata nuestros servicios no tiene flujo de caja disponible, pero tiene una idea de mercadeo que considera que será exitosa. Dado que nuestro bien es un intangible y no requiere de pago directo para empezar a funcionar, nos ofrecen un porcentaje de las ventas para incluirnos en el negocio como un socio y no como un proveedor.
¿Cómo calcular el porcentaje al cual tenemos derecho?
En primera instancia, mi consejo es NO hacer este tipo de negocios: si ofrezco servicios profesionales es porque soy mi propia empresa, y verme forzado a ser socio de otro negocio que uno no entiende, ni ha iniciado, y sobre el cual no se tiene control es una mala idea, aquí y en Cafarnaún.
Pero digamos que no tenemos alternativa… ¿qué hacer?
Primero: ofrecer el precio completo de nuestros servicios con facilidad de pago.
Este paso es indispensable (se va a dar cuenta en el segundo paso), y además le ayuda a quien nos hace la propuesta a valorar de una forma clara nuestro trabajo.
Si, por ejemplo, es una asesoría, le ofrecemos el precio completo, sin rebajas y con un plan de pago. Por ejemplo:
«Servicios Profesionales de Asesoría: $10.000.000.
Forma de Pago: 30% inmediato, 30% a 30 días, saldo a 60 días»
Segundo: multiplicar por dos dicho valor para ir a riesgo
Es una práctica usual y con la que se puede dar inicio a un proceso de negociación si hacemos esta multiplicación y luego calculamos el resultado como un porcentaje de las ventas esperadas. Me explico siguiendo el ejemplo:
Digamos que el empresario espera vender 100 millones
Nuestros servicios Full cuestan 10 millones (ver punto anterior), que multiplicados por 2 son 20 millones
20 millones son el 20% de los 100 millones que se pretenden vender
Nuestra participación en el negocio sería del 20%
¿Por qué el doble de los servicios full? Por dos razones claras: porque vamos a meternos en un riesgo que no es nuestro. Y segunda, porque dicho riesgo tiene un costo. El 200% del valor de nuestros servicios es un punto de inicio regular en cualquier industria, así que no se sonroje ni le dé pena pedirlo.
Obviamente cada negocio tendrá muchísimos detalles adicionales por cuadrar: tiempo en el cual se espera llegar a la meta, forma de pago de nuestras regalías, tributos involucrados, etcétera.
Pero al menos tenemos un punto de inicio para el negocio y el empresario sopesará estas condiciones… en cualquiera de los casos, y si negociamos bien, el resultado será positivo para todos.
Este es un breve extracto de mi Seminario Taller sobre Mercadeo de Servicios en Internet, más exactamente de la introducción a las 7 P’s del Mercadeo de Servicios Profesionales, una conferencia que dicté en el Hotel Tequendama en Bogotá en Junio del año 2011.
Expongo varios ejemplos de cómo se promocionan otros profesionales en distintas partes del mundo… estos son algunos apartes:
El mercadeo no es natural… regularmente a los profesionales no nos gustan los consejos sobre cómo mostrarnos a los demás.
Objetivo del Mercadeo de Servicios = Poder Decidir Con Quien Trabajar + Poder Decidir Cuánto Cobrar
El Mercadeo no puede estar en el rubro contable de los gastos: debe estar en las inversiones con retorno futuro.
El mercadeo primero busca ubicar la marca a la vista del prospecto, y después se le vende.
El mercadeo es una pelea constante por el top of mind.
En nuestro país hay un código de ética un poco extraño respecto a la forma cómo se promocionan los servicios profesionales. En Estados Unidos, por ejemplo, son uno de los sectores que más invierte en publicidad.
8 ejemplos de cómo se promocionan los abogados y contadores
Cómo las 4P’s del Mercadeo tradicional (Producto, Plaza, Precio, Promoción) deben evolucionar cuando se trata del Mercadeo de Servicios Profesionales
Mi propuesta de 7P’s para mercadear Servicios Profesionales
Un testimonial, básicamente, es la verbalización de una experiencia positiva que un cliente haya tenido con nuestro producto o servicios. El problema es que no todos saben recogerlos, y en muchas ocasiones suenan muy forzados.
Por ello, es muy importante asegurarse que el testimonio de nuestro cliente tengas estas características…
Genera confianza
Creíble
No intenta vender
Tiene la voz de otro ser humano
Responde a preocupaciones escondidas
Sirve para vencer el escepticismo
Este es un muy corto extracto, que después fue complementado por ejercicios y teorías de fondo sobre la forma de llevar estos testimoniales de una forma acertada a las redes sociales.
En esta parte hablo de una teoría de pricing que he usado mucho en mis servicios profesionales: el método de los 3 precios.
El precio imposible: es una oferta con un precio alto, pero que busca vender nuestros servicios premium. Por ejemplo, si nos han pedido una consultoría de una hora, aquí presentamos un «paquete» de consultoría, conferencias, seguimiento, etcétera.
El precio de lo que nos pidieron: lo que queremos vender.
El precio ridículo, que sirve para evitar que nos pidan rebaja. Es un precio muy bajo a unos servicios igualmente limitados. Sirve para contestar por anticipado la solicitud de una disminución, porque aquí le damos la versión disminuída de nuestros servicios. Por ejemplo, si nos han pedido una consultoría o acompañamiento, aquí cotizamos una hora de servicios.
En este corto video hablo del asunto… en las grabaciones completas hay varias técnicas adicionales (son 5 partes, más de 8 horas, e incluye material complementario).
Y ahí es donde la teoría del Cuadrante del Flujo del Dinero de Robert Kiyosaki adquiere sentido: uno puede obtener dinero desde distintos roles: como empleado, autoempleado, dueño o inversionista.
En esta corta reseña explico las habilidades necesarias para pasar de un lado al otro en este cuadrante…
Pues resulta que es por la forma en que está escrita la Ciencia Ficción.
En ella es importante que el lector esté inmerso en el mundo descrito, lo cual nos hace pensar constantemente en las reglas de dicho espacio y la forma de reaccionar a el por parte de sus protagonistas.
Esto termina desarrollando una habilidad increíble para entender la mente de otras personas, para ponerse en sus zapatos.
Y esto, justamente, es lo que se necesita para mercadear. De pronto más, pero no menos.
Para generar ganancias hay que crear un problema, dice una máxima del mercadeo.
Por ejemplo, en mi negocio, para vender actualización profesional es necesario mostrarle a mis usuarios el mar de problemas que podrían tener si dejan de estar al día en su profesión.
Pero esa máxima no funciona siempre, sobre todo cuando crear los problemas no es ético.
El sistema de salud no generaría ganancias si la gente no se enfermara.
Las compañías de seguridad no recibirían utilidades en una sociedad segura.
Quienes venden antivirus quebrarían cuando se cree un sistema completamente seguro.
Por ello, creo que la pregunta relevante para el empresario es: ¿en qué momento dejar de prestar un buen servicio o dar un mal producto traspasa esa línea ética?
En un estudio llevado a cabo por este newyorkino-israelí se dieron las siguientes alternativas para una suscripción a The Economist a un grupo de 100 estudiantes de posgrado en la Escuela de Administración de MIT:
Digital (sólo internet) – $59
Impreso – $125
Impresión + Digital – $125
Es obvio que la segunda opción sobraba. Y eso quedó claro cuando se reveló el dato de las preferencias al final del ejercicio:
Digital (sólo internet) – 16 estudiantes
Impreso – cero estudiantes
Impresión + Digital – 84 estudiantes
¿Qué hacer aquí? Cualquiera diría… «quitemos la segunda opción, al fin y al cabo nadie la quiere». Cuando se eliminó, el resultado fue:
Digital (sólo internet) – 68 estudiantes
Impresión + Digital – 32 estudiantes
Pues resultó que la segunda opción era necesaria. Le daba contexto a los precios, al punto que terminó modelando la forma como los estudiantes percibían el valor de los productos.
El método de los tres precios para vender servicios
Este ejemplo ratifica mi teoría acerca de los tres precios que debemos mostrar al presentar una oferta de servicios (aunque también sirve con algunos productos):
Un servicio con un precio elevado (que demuestra nuestra capacidad de entregar un producto o servicio calidad deluxe – plus – premium)
El servicio modelado con el precio que queremos vender
Un servicio con mucho menos valor agregado (pero que es necesario mostrar para elevar la percepción de valor agregado de la segunda opción)
De esta manera presentamos lo que queremos vender en un contexto sugerente, tal como lo indica Ariely.
Pues hoy, buscando hoteles para una próxima estadía en New York, descubrí que hay fechas ideales para conseguir las mejores tarifas: 90, 60, 45, 30 y 15 días antes de viajar. Esto, debido a que en dichas fechas los hoteles hacen una revisión de sus tarifas dependiendo de su nivel de ocupación, lo que conduce (supuestamente) a buenas promociones.
Pero no es así: la industria hotelera aprendió de la industria de los cruceros, la cual llenaba los cuartos vacíos con promociones de último minuto. La consecuencia fue obvia: los pasajeros dejaron de reservar con tiempo, esperando las últimas fechas, generando un caso típico de canibalización empresarial.
Por lo tanto, las famosas revisiones no indican que habrá necesariamente promociones, sino que eventualmente conducen a elevar tarifas, estabilizando el mercado y dando el chance a los hoteles a vender sus precios full-price, incluso a los mas avezados cazadores de promociones.
Esto, lamentablemente, es una pésima noticia para mí. Pero un caso interesante para estudiar.
Se dedicaban a hacer plantillas de WordPress gratuitas, de muy alta calidad, y sólo pretendían cobrar por el soporte. El problema fue que canibalizaron su mercado:
Si alguien puede conseguir algo gratuito, lo hará. Si todo funciona perfectamente, no tendrá necesidad de soporte. (…) Si anclas el precio de tu producto a $0, y tu servicio de soporte en $0, incluso $5 será muy caro. (*)
La lección es clara: lo gratuito debe ser parte de una estrategia de negocios, no el negocio. Por lo menos hasta que podamos pagar en el supermercado con una plantilla de wordpress.
(*) Yo traduje, resumí e interpreté el texto, por lo tanto cualquier imprecisión es mi culpa. La versión completa está aquí.
El último boletín de Alejandra y Germán (“Comunikándonos”, de su empresa Táctica & Estrategia) es una demostración clara de cómo ofrecer servicios profesionales basados en la demostración de competencia y conocimiento.
Y creo que es un buen caso de estudio por 3 razones:
Es informativo, actual y relevante para su industria
No falla: todos los viernes está en mi bandeja de entrada (invaluable!)
Cumple con estándares técnicos mínimos
Y mis granitos de arena (consejos no pedidos que gente entrometida como yo usualmente dá):
Acerca de la forma: si me van a saludar por mi nombre, no usen mis apellidos. Es innatural, a todas luces, que alguien me diga “Juan Fernando Zuluaga, quiere un café?”, “Hola, Juan Fernando Zuluaga, ¿como amaneciste?”). Ah! y los subject en mayúsculas y con 150 caracteres no son buena idea.
Y acerca del fondo: yo endurecería la línea editorial. Es claro que pueden dar opiniones fuertes, pero noto que estas son más cáusticas con los políticos que con el mundo corporativo (¿quien puede culparles?). Germán nos ha enseñado que una buena forma de generar credibilidad y respeto es la demostración de carácter (el efecto Dr. House, supongo: respetamos a los especialistas que nos hablan claro y sin tapujos).
Si yo fuera un emprendedor que busca ofrecer servicios profesionales, y mi oferta tuviera como pilar fundamental la demostración de conocimiento y ascendente en la industria, me suscribiría y analizaría este boletín con lupa.
Y copiaría su Táctica & Estrategia descaradamente!
Nota al pié: no, no estoy relacionado con la empresa de Germán. Y no, no hago reseñas de websites o boletines. Y gracias por las ofertas, pero tampoco hago posts patrocinados.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
9 Ago 2017
Interrupción
La publicidad por interrupción es muy común para promocionar productos del conocimiento, y si se hace bien, debería llamar la atención para generar una compra consciente (son muy pocos quienes compran información solo por impulso).
Pero resulta que la atención es un recurso escaso y selectivo.
Y la consciencia necesita atención. El problema es que la consciencia, que es un recurso que necesitamos para poder incorporar nuevos conocimientos, es una vía con un solo carril.
Aprender requiere consciencia de lo que estamos aprehendiendo (sí, con h intermedia), y para ello necesitamos fijar nuestra atención en el sujeto que nos da el conocimiento.
Las decisiones informadas de compra se dan únicamente cuando el comprador es consciente durante el proceso
Quienes trabajamos en la industria del conocimiento nos vemos en problemas para captar la atención de nuestro público precisamente porque sus niveles de atención no necesariamente van ligados a un nivel de consciencia suficiente para generar una intención real de compra. Por ello, interrumpir al usuario para captar su atención es un método muy costoso. La publicidad por interrupción, llámese banners, popups, notificaciones al celular, puede que funcionen un par de veces, pero su efectividad merma en la medida que quien lo recibe decide dejar de atender conscientemente.
No es igual empujar una venta que generar una intención de compra
Esto lo sabemos quienes vivimos en la industria de la venta de conocimiento: la intención de compra está más asociada a la credibilidad de marca y a un producto contundente que a tácticas de venta creativas. Puede que estas últimas funcionen, pero si no están sustentadas en la credibilidad de la marca, no hay recompra, el componente fundamental que da la posibilidad de ser consistentes en la entrega de información, que es de lo que vivimos quienes estamos metidos en esto.
Es importante ser muy selectivo en la forma en que vamos a interrumpir la atención de un prospecto. O mejor aún, hacerlo muy poco. Hacernos tan indispensables que ellos terminen comprándonos, sin necesidad de empujar la venta, de tal forma que las ocasiones en que interrumpamos su atención sea para aumentar nuestro acceso a su presupuesto y crecer en credibilidad. Siendo lo único disponible, si vamos a interrumpir más nos vale lograr que la atención lograda sea completa y consciente.
Hay que saber administrar esa atención lograda con sabiduría.