Dice la sabiduría popular que en los momentos de crisis aflora la creatividad. Y puede que sea verdad para otro tipo de crisis que no estén relacionadas con el flujo de caja.
El flujo de caja es la gasolina de nuestra empresa… el flujo de caja, para efectos de lo que estoy escribiendo, se refiere al dinero contante y sonante disponible para operar la empresa. No incluye inversiones (que de todos modos son un buen colchón, pero que su conversión en flujo disponible es un asunto de mediano plazo).
El asesino silencioso
Cuando no tenemos Flujo de Caja vienen los problemas más complejos con los cuales se enfrenta un emprendedor: se retrasan pagos de nómina, impuestos, gastos operacionales o inversión en materia prima. Y cuando eso empieza a suceder la espiral descendente se vuelve dramática.
Si, posiblemente usted tenga historias de personas que en medio de dichas crisis han salido con una idea genial, o que la falta de Flujo de Efectivo fue el laboratorio incubador de su posible éxito. Ambas cosas pueden y seguramente son ciertas.
Pero la falta de Flujo de Caja es el asesino silencioso de muchos, muchísimos emprendimientos.
¿Qué he hecho para contrarrestar la falta de Flujo de Efectivo?
Hay que tener un plan. No le voy a decir que es necesario tenerlo escrito y desarrollado en su totalidad (el mío lo tengo en mi cabeza, por ejemplo), pero es vital darse unos minutos para reflexionar “¿Que pasaría si hoy mi Flujo de Efectivo disponible fuera cero?”.
No se sienta culpable si llorar es el Plan A. ¿Pero tiene Plan B?
Es típico que cuando llegan crisis de Flujo de Efectivo busquemos soluciones cortando costos.
Mi teoría es que debemos concentrarnos en generar más ingresos.
Le cuento uno de mis 350 planes B:
- Hacer un listado de los productos de más bajo costo que tengo en mi inventario.
- Hacer otro listado con los clientes más fieles que no tengan dichos productos.
- Hacer una promoción relámpago a dicho grupo objetivo con una oferta irresistible.
Plan Z: los bancos
Aunque soy alérgico a los créditos bancarios, es bueno tener un crédito rotativo del más bajo interés posible y ya pre-autorizado en una entidad financiera. Esta opción es casi impensable para mí por sus altísimos intereses, y la recomiendo para aliviar costos de materia prima o activos productivos. Recuerde que hay posibilidades de hacer juego financiero con dichos préstamos, pero en la vida real y enfrentado a una crisis de flujo de efectivo, los emprendedores no tendemos a tomar buenas decisiones en ese juego.
Hay muchísimas opciones más, como vender un proyecto de riesgo compartido, buscar inversionistas o hacer liquidaciones de inventario.
El truco: concentrarse en generar ingresos
Cuando he enfrentado retos de este tipo mi enfoque siempre está en la generación de ingresos, más que en recortar costos (perdone que sea tan repetitivo, pero no me canso de enfatizar ese punto).
No tener Flujo de Efectivo disponible genera angustia y parálisis en muchos casos, por lo que la solución más usada es entrar a analizar los costos para empezar a eliminar aquellos que consideramos superfluos. Es obvio: buscamos dar una solución usando las variables conocidas, y esas las conocemos a la perfección.
El enfoque más rentable en estos casos es mirar las variables no conocidas: la de los ingresos relámpagos. ¿Cómo generarlos? ¿Cómo sortear situaciones de bajo Flujo de Efectivo sin desmembrar la empresa y generando más ingresos?
Desde esa perspectiva, puede que la crisis de efectivo sí sea un acelerador de nuestra creatividad y la sabiduría popular demuestre su validez.
* Este es el punto #31 de mi conferencia 40 cosas que he aprendido construyendo una comunidad virtual de +150.000 profesionales.
5 Oct 2011
Los ingenieros dan poder a las ideas… pero creen que los productos que salen de ellas se mercadean solos.