1 Mar 2011
«Papá, ¿puedo abrir mi perfil en Facebook?»
Un canal local me ha pedido dar una opinión acerca de los peligros y oportunidades que las Redes Sociales pueden presentar para niños y adolescentes, a propósito de mi conferencia. Aquí hay un breve esbozo de mis respuestas a su cuestionario (está escrito a la carrera, así que pido mil disculpas por incoherencias en la redacción).
¿A qué edad pueden empezar los niños a usar las Redes Sociales?
Las redes para niños (como Club Penguin o Webkinz) son seguras y aptas para todo niño que sepa manejar un computador. Facebook (se supone) es para mayores de 13. Y hay muchas otras que no tienen límite (como Twitter).
Pero seamos francos: esos límites no generan ninguna restricción real para que un niño haga uso de esos contenidos o de la experiencia de una red social (¿o cuántos sobrinos o amigos de sus hijos tienen ya cuenta en Facebook sin haber cumplido 13?). El límite realmente lo ponen sus padres, quienes determinan (si es que se dan cuenta) si el niño está en condiciones o no de interactuar en una red de este calibre.
El tema es largo, pero se puede resumir en que algunas redes sociales (como Facebook) no han sido diseñadas para niños pequeños, así como las redes de juegos no son aptas (ni llamativas) para adultos. Las restricciones están ahí por alguna razón, ¿no?
Mi consejo: cumplir con las restricciones, y así como no soltamos un carro de carreras a alguien que apenas ha sacado su licencia de conducción, es importante acompañar y hacer seguimiento al recién ingresado en estas redes.
Eso sí, habrá un momento en que se deba soltar y confiar. ¿Cuándo? ¡He ahí el «secreto de ser padre»!
Acerca de los peligros
Aunque no me gusta centrarme mucho en los peligros, más que en las oportunidades, es evidente que sí hay potenciales amenazas (que ya reseñé en mi conferencia):
- Cyberbullying (acoso o matoneo virtual)
- Revelar demasiada información
- Depredadores (a estos son los que más miedo les tenemos).
El secreto está en sopesar estas amenazas y protegerse: no es difícil enseñarle a los niños, pero nunca se debe dejar de supervisarlos.
¿Como controlar los contenido que ven nuestros hijos?
Hay dos niveles: en el primero, la tecnología nos ayuda (como los Controles Parentales de Windows, por ejemplo). Este nivel nos cubre de pornografía, racismo, redes explícitas de interacambio sexual, etcétera.
En el segundo nivel están aquellos contenidos que no son filtrables (es un tema largo que explicaré posteriormente). Y para ellos está la educación, únicamente.
Y repito: mis 3 reglas para guiar en el uso de las Redes Sociales a los niños y adolescentes
Estas reglas nos han acompañado por siglos, y sin igualmente relevantes en estas épocas: básicamente, cuando vamos a salir de nuestra casa, nuestros padres siempre nos preguntaban 3 cosas…
- ¿A dónde vas?
- ¿Con quien vas?
- ¿Cuánto te demoras?
Fallar en responder alguna de esas tres preguntas automáticamente negaba el tan ansiado permiso.
Por ello, las reglas que se derivan de esas tres preguntas y aplican para la vida en las redes sociales son:
- Esté pendiente y controle dónde (en qué páginas, websites, redes sociales) interactúa su hijo cuando está en Internet
- Haga seguimiento de su lista de amigos. Haga periódicamente una rutina de revisión de su lista de contactos y de personas con las cuales más chatea e interactúa.
- Ponga límites de tiempo y espacio a su conexión.
19 Mar 2011
Siglos de Evolución nos convirtieron en Hiperconectados
La mente literaria nació con Gutenberg
La mente imaginativa con el renacimiento
La mente racional con la Ilustración
La mente inventora con la Revolución Industrial
La mente subversiva con la Modernidad
La mente hiperconectada con Internet
Me muero de ganas de saber qué sigue.
Mi predicción: sigue la mente social, que nacerá cuando la web 2.0 trascienda los dispositivos tecnológicos.
Y finalmente, la mente superficial, la cual nacerá cuando rindamos nuestro pensamiento a la nueva consciencia colectiva que nacerá con la hiperconectividad. Las opiniones y los pensamientos profundos se construirán en comunidad y seremos su caja de resonancia.
Lógico, habrá quienes se resistan, y en ellos estarán nuestras esperanzas.