Análogo

Lo digital en los negocios ya no da ventaja competitiva; la transformación digital es una necesidad de supervivencia del negocio.

Pero ya hay una gran proporción de negocios que son «nativos digitales».

Por ejemplo, un restaurante (tengo un par). Todas las herramientas de la operación tienen algo de digital: los libros de receta lo son; con esas recetas se entiende cómo manejar el inventario; con éste último, se pueden controlar los costos; con costos controlados, se puede facturar.

Pero si se cae el sistema, hay colapso.

Si algo tan básico como la conexión de red local de un negocio como el de nuestro ejemplo se inhabilita, no se pueden hacer pedidos a la cocina, la facturación se detiene y el negocio queda congelado.

Tener la capacidad de sobreponerse a esto desde lo análogo (tomando pedidos en papel, monitoreando el flujo de la información del mesero a la barra, a la cocina y a la caja) es un verdadero reto que pone a prueba qué tanto conoce uno un negocio.

Así como uno sabe que sabe sumar si lo puede hacer sin calculadora, uno sabe de su negocio si sabe controlarlo análogamente.

Por lo menos mientras el sistema se restablece.

El conocimiento análogo resulta ser lo que da ventaja competitiva.