Enseñanzas de la Derrota del Comandante-Presidente
No soy analista politico. No tengo mucha formación, mas allá de lo que leo las publicaciones a las cuales estoy suscrito y a lo que leo en Internet. Por eso, el análisis político de lo que pasó en Venezuela en este último mes se lo dejo a los que saben.
Pero me parece que las jornadas vividas por este interesante personaje en las últimas semanas nos dejan varias enseñanzas claras que podemos retomar en nuestra vida diaria:
Abrir muchos frentes de batalla al tiempo reduce nuestra capacidad de reacción
El comandante peleó con España, Colombia, Estados Unidos y otros tantos más.
Sin importar si tiene o no la razón (luego, con un tintico les cuento cuales son mis impresiones), cometió un error que Sun Tzu (el de «El Arte de la Guerra») advierte a los generales que son muy ambiciosos: es perjudicial abrir muchos frentes de batalla.
Esto, que puede ser bueno para peleas «sorpresa» (le sirvió a Hitler con su Blitzkrieg), está vedado para largas guerras. De hecho, el mismo Hitler perdió por querer abarcar toda Europa mientras atacaba Rusia.
Mi guerra es el día a día. Por ejemplo, mi guerra actual es el libro que escribo (después cuento más sobre él)
Por eso aprendí a conocer mis límites: no puedo manejar más de 30 correos al día, y me vuelvo horriblemente ineficiente con más de 10 proyectos vivos al tiempo. Conozco mis limitaciones (que son mucho mayores a las del ser humano normal, tengo que confesarlo), pero eso me permite concentrarme y sacarle tiempo a la mayoría.
Pocos frentes y pocas batallas = Más concentración para ganarlas
Simplista, pero funciona para el ser humano común y corriente. Obviamente, hay hombres extraordinarios que pueden brincarse esta regla. No es mi caso.
Si queremos que nos sigan a terrenos desconocidos, debemos EDUCAR
El Comandante Presidente admitió en su discurso de aceptación de la derrota que posiblemente faltó ilustrar más al pueblo sobre el contenido de sus reformas, lo que llevó a 3 millones de venezolanos que le habían apoyado un año atrás a no votar en esta ocasión.
Cuando inicié en el cuento del comercio electrónico en Colombia, el mayor obstáculo era (sigue siéndolo) la percepción de seguridad. Todos tenemos un primo, tío, conocido o conocido de conocido al que le han vaciado la cuenta vía Internet.
Pero también tenemos muchos familiares, conocidos, o conocidos de conocidos que han tenido un estrellón vehicular. Pero no dejamos de andar en nuestro automóvil. Simplemente, evitamos aquella calle sin señalización o decidimos no volver a montarnos en el carro de un borracho. Simple.
Para lograr ese nivel de educación se requerían dos factores: una necesidad y muchas experiencias de otros.
Cuando no se tienen ninguna de las anteriores, entra a jugar un buen maestro. Y el líder es el llamado a ser ese maestro.
Creo que en este caso, Chávez no lo fué. «El que vote en contra de la reforma, vota en contra mía» fué una frase muy desafortunada, que dió la sensación de ignorar la capacidad intelectual de quienes eligen.
Y apostarle a la ignorancia es muy, muy arriesgado.
Una frase puede ser más contundente que un discurso de 6 horas
«¿Porqué no te callas?».
Aparte de las consideraciones políticas alrededor de esta frase, el asunto es que fué el titular que más frecuentemente se vió en los medios internacionales cuando se mencionaba al Presidente de Venezuela en las últimas semanas.
Aunque podemos adivinar que no hubo mucho cálculo de parte del Rey acerca de las consecuencias de esta frase (pronunciada al calor del momento), el golpe de opinión mundial que le propinó a Chávez fue contundente. Y la reacción del mandatario también era previsible.
La cosa es que después de esto Chávez ha pronunciado más de 40 horas de discursos televisados en los cuales menciona esta situación, pero ninguno ha tenido el cubrimiento mediático de la frase del Rey.
Lo cual nos trae otra lección: si logramos condensar nuestra estrategia en un sólo golpe, certero y contundente, el nivel de recordación de nuestras acciones se eleva inevitablemente. Y no hablo de un slogan (sólamente). Es tener una historia que merezca ser contada.
«Ese señor me sacó de un lío de impuestos espantoso«, es una frase más contundente que una oferta de servicios de 15 hojas de un Contador Público.
«Las empanadas de la 44 con Roosevelt son las mejores que he probado» es una frase mejor que un aviso de media página en el periódico local.
«Porque no te callas?» es mejor que el discurso de Zapatero a Chávez en Chile.
Trabajar en crear esas historias debería ser la base del trabajo de cualquier mercaderista, gerente o emprendedor.
Y esa puede ser la lección más importante que nos ha dejado Chávez en los últimos días.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
3 Dic 2007
Enseñanzas de la Derrota del Comandante-Presidente
No soy analista politico. No tengo mucha formación, mas allá de lo que leo las publicaciones a las cuales estoy suscrito y a lo que leo en Internet. Por eso, el análisis político de lo que pasó en Venezuela en este último mes se lo dejo a los que saben.
Pero me parece que las jornadas vividas por este interesante personaje en las últimas semanas nos dejan varias enseñanzas claras que podemos retomar en nuestra vida diaria:
Abrir muchos frentes de batalla al tiempo reduce nuestra capacidad de reacción
El comandante peleó con España, Colombia, Estados Unidos y otros tantos más.
Sin importar si tiene o no la razón (luego, con un tintico les cuento cuales son mis impresiones), cometió un error que Sun Tzu (el de «El Arte de la Guerra») advierte a los generales que son muy ambiciosos: es perjudicial abrir muchos frentes de batalla.
Esto, que puede ser bueno para peleas «sorpresa» (le sirvió a Hitler con su Blitzkrieg), está vedado para largas guerras. De hecho, el mismo Hitler perdió por querer abarcar toda Europa mientras atacaba Rusia.
Mi guerra es el día a día. Por ejemplo, mi guerra actual es el libro que escribo (después cuento más sobre él)
Por eso aprendí a conocer mis límites: no puedo manejar más de 30 correos al día, y me vuelvo horriblemente ineficiente con más de 10 proyectos vivos al tiempo. Conozco mis limitaciones (que son mucho mayores a las del ser humano normal, tengo que confesarlo), pero eso me permite concentrarme y sacarle tiempo a la mayoría.
Pocos frentes y pocas batallas = Más concentración para ganarlas
Simplista, pero funciona para el ser humano común y corriente. Obviamente, hay hombres extraordinarios que pueden brincarse esta regla. No es mi caso.
Si queremos que nos sigan a terrenos desconocidos, debemos EDUCAR
El Comandante Presidente admitió en su discurso de aceptación de la derrota que posiblemente faltó ilustrar más al pueblo sobre el contenido de sus reformas, lo que llevó a 3 millones de venezolanos que le habían apoyado un año atrás a no votar en esta ocasión.
Cuando inicié en el cuento del comercio electrónico en Colombia, el mayor obstáculo era (sigue siéndolo) la percepción de seguridad. Todos tenemos un primo, tío, conocido o conocido de conocido al que le han vaciado la cuenta vía Internet.
Pero también tenemos muchos familiares, conocidos, o conocidos de conocidos que han tenido un estrellón vehicular. Pero no dejamos de andar en nuestro automóvil. Simplemente, evitamos aquella calle sin señalización o decidimos no volver a montarnos en el carro de un borracho. Simple.
Para lograr ese nivel de educación se requerían dos factores: una necesidad y muchas experiencias de otros.
Cuando no se tienen ninguna de las anteriores, entra a jugar un buen maestro. Y el líder es el llamado a ser ese maestro.
Creo que en este caso, Chávez no lo fué. «El que vote en contra de la reforma, vota en contra mía» fué una frase muy desafortunada, que dió la sensación de ignorar la capacidad intelectual de quienes eligen.
Y apostarle a la ignorancia es muy, muy arriesgado.
Una frase puede ser más contundente que un discurso de 6 horas
«¿Porqué no te callas?».
Aparte de las consideraciones políticas alrededor de esta frase, el asunto es que fué el titular que más frecuentemente se vió en los medios internacionales cuando se mencionaba al Presidente de Venezuela en las últimas semanas.
Aunque podemos adivinar que no hubo mucho cálculo de parte del Rey acerca de las consecuencias de esta frase (pronunciada al calor del momento), el golpe de opinión mundial que le propinó a Chávez fue contundente. Y la reacción del mandatario también era previsible.
La cosa es que después de esto Chávez ha pronunciado más de 40 horas de discursos televisados en los cuales menciona esta situación, pero ninguno ha tenido el cubrimiento mediático de la frase del Rey.
Lo cual nos trae otra lección: si logramos condensar nuestra estrategia en un sólo golpe, certero y contundente, el nivel de recordación de nuestras acciones se eleva inevitablemente. Y no hablo de un slogan (sólamente). Es tener una historia que merezca ser contada.
«Ese señor me sacó de un lío de impuestos espantoso«, es una frase más contundente que una oferta de servicios de 15 hojas de un Contador Público.
«Las empanadas de la 44 con Roosevelt son las mejores que he probado» es una frase mejor que un aviso de media página en el periódico local.
«Porque no te callas?» es mejor que el discurso de Zapatero a Chávez en Chile.
Trabajar en crear esas historias debería ser la base del trabajo de cualquier mercaderista, gerente o emprendedor.
Y esa puede ser la lección más importante que nos ha dejado Chávez en los últimos días.
(Fotos: http://www.flickr.com/photos/elhamalawy/368409875/ http://www.flickr.com/photos/jfabra/1954604360/)
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