En New York, en medio de la Gran Recesión, una mujer relativamente adinerada pidió consejo a una médium sobre donde invertir su dinero para hacer un poco mejor al mundo.
Durante su trance la médium fue poseída por Sudah, un espíritu de la Atlántida, quien a través suyo advirtió sobre un físico que trabajaba en una fórmula para el movimiento perpetuo, el futuro de todas las invenciones. A él debía entregar su dinero y su libreta de contactos.
Super Utilities, la empresa del físico, recaudó casi 10 millones de dólares de las donaciones de Helen Ressler y sus amigos. El caso llegó hasta el Fiscal General de los Estados Unidos, quien decidió adelantar investigaciones.
El caso fue a juicio. Los presuntos estafadores (la médium y el físico) solo recibieron una reprimenda, y mágicamente desaparecieron después. Nunca se supo más de ellos.
La búsqueda de Helen por algo mejor para un mundo sumido en el caos financiero.
La identificación entre dos mujeres tratadas mal por el patriarcado: una expulsada de la iglesia que ayudó a formar, infamada por yacer con el varón de mayor rango; y la otra, exitosa modelo de guantes, tratada mal por la prensa (el titular de esta historia en los medios fue «Glove Model Upset: She Invests in Master and Complains of No Dividends«).
Las posibilidades del movimiento perpetuo: aviones que viajan a más de dos mil millas por hora, refrigeradores que no consumen un vatio de energía, sanación, transporte etéreo de la imagen.
El esfuerzo del estado por fiscalizar el límite siempre móvil entre el sueño y el fraude (que en esta ocasión era lo segundo). La torpe asimilación a esquemas piramidales, de los cuales recién Ponzi había sido acusado.
La defensa en las cortes de la existencia de la Atlántida, la transfiguración de las almas antiguas, el movimiento perpetuo.
En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).
Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por algunared social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.
24 Sep 2022
Modelo de Guantes Enfadada
En New York, en medio de la Gran Recesión, una mujer relativamente adinerada pidió consejo a una médium sobre donde invertir su dinero para hacer un poco mejor al mundo.
Durante su trance la médium fue poseída por Sudah, un espíritu de la Atlántida, quien a través suyo advirtió sobre un físico que trabajaba en una fórmula para el movimiento perpetuo, el futuro de todas las invenciones. A él debía entregar su dinero y su libreta de contactos.
Super Utilities, la empresa del físico, recaudó casi 10 millones de dólares de las donaciones de Helen Ressler y sus amigos. El caso llegó hasta el Fiscal General de los Estados Unidos, quien decidió adelantar investigaciones.
El caso fue a juicio. Los presuntos estafadores (la médium y el físico) solo recibieron una reprimenda, y mágicamente desaparecieron después. Nunca se supo más de ellos.
Aquí está la historia completa, llena de detalles de humana poesía:
La búsqueda de Helen por algo mejor para un mundo sumido en el caos financiero.
La identificación entre dos mujeres tratadas mal por el patriarcado: una expulsada de la iglesia que ayudó a formar, infamada por yacer con el varón de mayor rango; y la otra, exitosa modelo de guantes, tratada mal por la prensa (el titular de esta historia en los medios fue «Glove Model Upset: She Invests in Master and Complains of No Dividends«).
Las posibilidades del movimiento perpetuo: aviones que viajan a más de dos mil millas por hora, refrigeradores que no consumen un vatio de energía, sanación, transporte etéreo de la imagen.
El esfuerzo del estado por fiscalizar el límite siempre móvil entre el sueño y el fraude (que en esta ocasión era lo segundo). La torpe asimilación a esquemas piramidales, de los cuales recién Ponzi había sido acusado.
La defensa en las cortes de la existencia de la Atlántida, la transfiguración de las almas antiguas, el movimiento perpetuo.
La humanidad, que cuando de crear historias mejores que la ficción nunca decepciona.
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