Hace un par de días sostuve una reunión con un político, quien desea incorporar a su estrategia las herramientas de Internet. El modelo, obviamente, es el de Obama, pero ante el *aparente* fracaso de la estrategia del candidato presidencial Antanas Mockus en Internet (que dicen que sólo ganó en Putumayo y Facebook), hay mucha incredulidad en el ambiente.
¿Y quien puede culparles?
Lo que creo es que aún no se ha entendido claramente el uso de Internet en cuestiones de política y movimientos sociales.
Primero lo primero: ni Facebook ni Twitter eligen candidatos ni tumban dictadores
Las redes sociales generan opinión, y la opinión puede ser capitalizada para generar votos. Permítanme repetirlo… Internet no genera votos: informa y genera opinión.
Y para hacerlo, quien conoce estos medios sabe que hay que iniciar generando conversaciones, reacciones, interacciones.
Y las conversaciones se inician a partir de contenidos.
Por ejemplo, suman mucho más comentarios los artículos de los periódicos online que sus foros abiertos. A partir de una noticia, las personas comentan y discuten… y sí, generan opinión.
Y «contenido» puede ser muchas cosas: videos en youtube, trinos en Twitter, mensajes en Facebook, artículos, white-papers, estudios, investigaciones, fotografías, etcétera.
Así que si un político me pregunta acerca de la ruta para sacar votos de Internet, le diría que así no funciona, Internet no le dará votos. Pero sí puede capitalizar en votos la opinión que genere a través de contenidos que generen conversaciones en este medio.
* Nota: a pesar de esto, los 5 principios de éxito que esbocé en mi conferencia sobre la victoria de Obama (que hice hace ya muuucho tiempo) aún son válidos.
17 Feb 2011
De la ética, el sistema de salud y los antivirus
Para generar ganancias hay que crear un problema, dice una máxima del mercadeo.
Por ejemplo, en mi negocio, para vender actualización profesional es necesario mostrarle a mis usuarios el mar de problemas que podrían tener si dejan de estar al día en su profesión.
Pero esa máxima no funciona siempre, sobre todo cuando crear los problemas no es ético.
El sistema de salud no generaría ganancias si la gente no se enfermara.
Las compañías de seguridad no recibirían utilidades en una sociedad segura.
Quienes venden antivirus quebrarían cuando se cree un sistema completamente seguro.
Por ello, creo que la pregunta relevante para el empresario es: ¿en qué momento dejar de prestar un buen servicio o dar un mal producto traspasa esa línea ética?