Juan Fernando Zuluaga
Este es mi blog de notas. Empresario. Escribo cosas.
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Microcuento

4 May 2016

La quinta voz

“¿Cuánto lleva en estado catatónico?”, preguntó el psiquiatra residente.

“Desde ayer. La primera hora solo murmuraba ‘se fue, se fue’, hasta que calló. Estas son las notas del médico tratante”.

En las notas se advertía de una condición esquizofrénica con presencia de voces. Cinco voces, que según el paciente, le indican qué hacer.

La difícil letra manuscrita seguía: “Al parecer, para cada acción que el individuo desea realizar hay una votación entre dichas alucinaciones… el número impar asegura que su vida haya sido funcional hasta hoy”.

Pero una voz se había ido.

“Si la quinta voz no vuelve, así se quedará”, dijo el residente tirando los papeles al escritorio en medio de un largo suspiro. “Llamen a la familia”, ordenó.

Microcuento

1 May 2016

Ni de luces ni de espantos

No creo en lo sobrenatural
Pero rezo a la deidad que quiera escuchar
Que aquel predestinado
No te vea
Ni te note
Que no sepa que existes

No soy amigo de la fábula
Ni vivo por el asombro
Pero mi fortuna la debo a la desdicha
De aquél que en ella cree
Y no la evita

Lo divino me es ajeno
Pero mi privilegio
Se sostiene en quienes saben invocar
El poder del taumaturgo
Que los desdichados creen que es mío

Ignoran que no sé de luces ni de espantos
Pero aún así rezo
Para que él no te vea
Para que él no te note
Para que él no sepa que existes

Microcuento

1 May 2016

Youtuber

[Cámara encendida]

Soy el amigo del protagonista de la historia. Nunca he tenido problema con ello, con estar siempre relegado a un segundo plano. Nos conocemos desde niños y siempre he conocido y soportado, incluso alentado, sus transgresiones.

Lo quiero; es un buen tipo, lo he cuidado y el a mí.

Pero estoy devastado.

Consignó esta video-nota porque descubrí que todo este tinglado que protagonizamos es realmente una historia de amor. Una historia de amor prohibido…

…entre él y mi esposa.

Esto lo sé hace una semana, y solo ahora, con los resultados que acabo de recibir con las pruebas de ADN de mis hijos, sabré si mi lugar aquí es el del amigo abnegado o el de villano asesino.

[Abre el sobre]

[Apaga la cámara]

Microcuento

29 Abr 2016

Mediocridad

–¿Ingeniero Civil? ¿Te gustaría serlo?

–Hmmm, no. Ya con lo de las pirámides y el acueducto romano quedé hastiado. ¿Tienes algo aeroespacial?

–Está lleno. También todos los trabajos en cuestiones informáticas. ¿Seguro que no quieres ser carpintero? ¿o artista? Hay cupos disponibles…

Un par de milenios antes, al ser humano que moría se le había permitido volver a vivir de nuevo, pero con todos los recuerdos de la vida anterior.

El problema es que en la elasticidad del tiempo, cada hombre había ejercido una ocupación que raramente quería repetir. Así, solo las nuevas disciplinas eran apetecidas, pero ya estaban copadas.

De ahí, el desgano por hacer lo viejo y la mediocridad en las antiguas artes.

De ahí, el deterioro del mundo.

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22 Abr 2016

Hell

Hacía ya dos siglos (o más) desde que había vendido mi alma por la oportunidad de ser inmortal. Como todos los días, vagaba por las ciudades abandonadas lamentando mi decisión, recordando a mis hijos y a los hijos de mis  hijos desvanecidos en el olvido, imaginando las vidas extinguidas, siendo todos y cada uno de los hombres en mi mente.

Hacía ya un siglo desde que el penúltimo humano había dado su último respiro. Quedaba yo, sin saber si todavía lo era.

Como cada noche, encendía una pila funeraria para los restos que quedaban del hombre: papeles, juguetes, ropa, perros.

Hacía ya cinco minutos desde que la llama se había avivado por un tronco lanzado por un niño con facciones de anciano que se sentó a mi lado, harapiento y sucio.

–¿Vienes por mi alma? -pregunté aliviado.

–Vengo por tu alma -contestó-. Pero antes voy a esperar aquí contigo a que te llegue el entendimiento de que hace solo un minuto hicimos el pacto, y este es solo el primer sorbo de tu eternidad.

Microcuento

19 Abr 2016

Resaca

Hoy desperté aturdido. No hay nadie en casa.

Ese deja-vú que me eriza la piel mientras suena la tetera; el sonido de un viejo letrero suelto golpeando contra la reja del patio exterior; una laguna mental que me impide recordar algo que no sé si quiera recordar; las ganas de llorar sin saber por qué.

«La peor de las resacas», pienso. Pero mi cuerpo no está resentido por la jaqueca ni mi aliento delata alcohol.

En el patio, el viejo letrero suelto deja ver que está escrito a mano.

“PELIGRO: mantenerse lejos”.

Una memoria confusa me deja con la sensación de que quien escribió eso no quería cuidar de mí: quería cuidar a los demás de mí.

Microcuento

15 Abr 2016

Empatía

Desde que el número de muertos superó al de los vivos apenas un milenio atrás, la ira que emanaba del infierno empezó a crecer sin control. Dos arcángeles extenuados después del turno de la noche, miraban la masa exasperada desde el cielo.

-¿Hemos rechazado a ochenta mil millones de humanos desde la creación?- preguntó el aprendiz mientras acariciaba su cabeza para relajarse.

-«Serán pocos los escogidos», fue escrito, y aquí están las consecuencias.- dijo el otro arcángel mientras tomaba otra bocanada de cigarrillo-. Muchas reglas, mucha confusión. Si mañana no llegan a un acuerdo, esta especie se echó a perder.

Al día siguiente subiría el ángel a quien se le había encomendado cuidar el averno. El diagnóstico que daría cuando Dios lo llamara a cuentas iba a ser el mismo. Resulta que para dar paso al arrepentimiento, el humano debía seguir siendo humano, aún en el abismo. Ahora, después de sufrir tanto tiempo juntos, eran magma de empática ira retroalimentada por cada nueva historia que llegaba, una masa rebelde aún esperanzada que abrazaba a cada recién llegado en todas las formas, literal y figurativamente; en la dificultad, el espíritu humano tendía a la fusión. Había que darles una salida.

-¿Qué crees que venga a proponer?

-Que eliminemos la palabra «eternidad» de las escrituras.- contestó mientras apagaba la colilla- Pero sin ella, no habrá nada que pueda asustarlos.

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13 Abr 2016

De la muerte enamorada

“Te amo”, decía ella mientras enterraba un puñal en mi pecho.

“Ya hemos hablado de esto…”, le dije, a pesar del insoportable pero ya habitual dolor.

A los 45 ella, la mismísima muerte, se había presentado en mi cama despues del primer infarto. Hablamos, le conté mis recuerdos, quién creía que era y lo que dejaba atrás.

Nunca esperé que decidiera nunca llevarme consigo.

Ni mucho menos que se enamoraría y que sus caricias, que cada vez se sentían como una puñalada en el corazón, fueran su forma de demostrarlo.

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12 Abr 2016

Némesis

“Doctor Leinz, el Centro de Control de Epidemias ya emitió la alerta. Sus sospechas eran acertadas.”

“Una alerta no es suficiente. Necesitamos que se apaguen ya mismo todas las cuentas en redes sociales y en sistemas de mensajería. La siguiente etapa será cegarlos a todos. A todos”.

En la pared, dos diplomas colgaban. Uno rezaba “Epidemiólogo”. El otro “Sexual Transmitted Diseases Specialist”.

Después de atender la llamada, se recostó en su silla y esbozó una mueca, como una sonrisa.

Por fin había encontrado su némesis: una enfermedad mortal, altamente contagiosa, que hacía lucir a las personas mucho más atractivas.

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10 Abr 2016

Un nazi con smartphone

Hace unas semanas mi preadolescente retoña me pidió un iPhone. Atolondrado, busqué mil excusas detrás de la podredumbre a donde nos ha llevado la sociedad de consumo, las virtudes de la vida ascética y otras excusas que me alcanzó a arrojar una rápida búsqueda en mi propio smartphone. Nada sirvió, y raudo me dirigí al San Andresito de la 80, donde me vendieron un «AiFone» chino buenísimo.

–No es un iPhone.
–Claro que lo es- repliqué. Puedes navegar, poner música y hacer llamadas a tu papá.
–No es un iPhone. Punto.

“los humanos somos buenos, en general, reconociendo quiénes envían los mensajes así no los conozcamos”Tweet This

Es increíble cómo el mercado logra reconocer tan bien a algunas marcas. La impronta del mensaje que una marca deja es indeleble en la mente de sus usuarios si la forma de transmitir el mensaje es consistente. Lo interesante es que los humanos somos buenos, en general, reconociendo quiénes envían los mensajes así no los conozcamos.

Permítanme otra historia para ilustrarlo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos conformaron un equipo de interceptadores de mensajes en clave morse que los nazis transmitían a través de la estática de las frecuencias radiales a sus tropas. Los resultados de este comando fueron decepcionantes, toda vez que a esa altura de la guerra podían interceptar lo que fuera, pero no tenían ni idea de lo que estaban diciendo los alemanes, pues los nazis transmitían en el famoso Código Enigma, descifrado años después por Alan Turing (cuyo suicidio en 1954 con una manzana con cianuro fue objeto de homenaje por parte de Steve Jobs en el ahora icónico logo de Apple).

“Puede que los nazis no entendieran nada, pero sabían QUIEN lo estaba diciendo”Tweet This

Los británicos, a pesar del aparente desperdicio de tiempo y recursos, escucharon a través del tiempo al gran filósofo Francisco Maturana diciendo «perder es ganar un poco» y miraron qué le podían sacar de bueno a semejante esfuerzo. Y resulta que los agentes terminaron haciendo un hallazgo improbable: a fuerza de escuchar por horas y días la cadencia, el acompasamiento y la métrica de los mensajes, ya podían reconocer a sus remitentes. Puede que los nazis no entendieran nada, pero sabían QUIEN lo estaba diciendo. El estilo, la velocidad de tipeo e incluso las pausas de los nazis al enviar sus mensajes encriptados se volvieron reconocibles. Incluso, cuentan, llegaron a ponerles nombres. «Hans está enviando un mensaje desde Berlin», «Herr Häagen-Dazs llama a alguien desde el frente oriental, se nota preocupado», «Algo trama el commander Faber-Castell, porque está contento», imagino que serían los reportes de los agentes a sus superiores. La utilidad que tuvo para el mariscal Montgomery esta información le dio un giro a la guerra.

“el estilo del remitente es tan importante como el mensaje”Tweet This

La enseñanza aquí es clara:el estilo del remitente es tan importante como el mensaje. Tanto Jobs en Apple como los agentes nazis transmitían cosas, pero lo que hacía reconocible su mensaje eran ellos mismos. La forma como transmitían su mensaje era su firma personal. Así como un agente interceptor lograba reconocer al nazi o como cuando al tomar un aparato podemos decir «esto es Apple», si hemos desarrollado un buen producto o servicio y le hemos puesto nuestra impronta, el mercado nos va a reconocer tarde o temprano.

Conclusión: nuestro producto no solo debe ser bueno; necesita un transmisor consistente y reconocible. Y su usted es emprendedor, es su labor, de nadie más.

Póngale SU firma.

10 Abr 2016

Ya estamos como creciditos, ¿no?

Quienes tenemos la obligación de liderar grupos de trabajo debemos buscar la mejor forma de integrarlos con la mejor gente posible; y la mejor gente, como regla general, le gusta interactuar con personas de igual o mejor calibre para así hacer del trabajo un proceso de mejoramiento profesional continuo. Piénselo como un equipo de fútbol: a ningún jugador le conviene que alguno de sus compañeros sea un tronco que no pueda concretar un pase, hacer un gol después de una jugada colectiva, o tapar un tiro fácil echando por la borda los esfuerzos de todo el conjunto. Pero todos son felices y se benefician de alguien que sabe jugar en equipo, y que tenga una dosis de talento individual que le granjee la admiración de los demás. Ya que estoy en ejemplos, pensemos en Keith Richards, el guitarrista de Rolling Stones. Aunque es una leyenda, no son sus ganas de protagonismo lo que lo ha destacado: es su capacidad de darle cohesión al grupo, razón por la cual muchos podrían nombrar a Mick Jagger (el vocalista) y pocos a Keith. Pero eso no le importa.

El punto está, justamente, en la capacidad de ser parte de un conjunto, y para ello hay un componente fundamental que no he mencionado: la madurez. No han sido pocas las ocasiones que he visto cómo se desmoronan proyectos por la inmadurez de uno o varios de sus miembros. Y es que la definición en el ámbito corporativo de «ser adulto» tiene unos componentes adicionales a los que se requieren en la vida regular: aunque en nuestra casa estamos en pleno derecho de hacer exigibles ciertas cosas (las camisas deben ordenarse por colores o que las medias nonas deben ser incineradas, por ejemplo), en la empresa no puede ser así.

Por ello presento esta lista corta de «lista de chequeo para comportamiento adulto corporativo» con la plena seguridad que está incompleta, o que añadí algún ítem por algún trauma empresarial de mi juventud. Veamos:

Los adultos saben discutir con altura, pero no le huyen a la controversia. Si hay que defender una posición, se espera de cualquier empleado que salga a hacerlo sin miedo. Hay que recordar que la posición que quiere defender no es la suya, sino la de un interés empresarial que merece ser discutido. Por ello, una persona madura entiende que al entrar en una confrontación lo hace no como una querella personal, sino como una contraposición a algo que siente que puede ser mejor o que esté afectando los intereses de la empresa. Pero ojo, el ser adulto también es reconocer el tono de una conversación. Personalmente, no me preocupa que haya agitación y apasionamiento, mientras no haya grosería o tonos altaneros, que es justamente en donde se ve la madurez de alguien. Si podemos recibir un «estás equivocado, y esta pelea la perdiste por estos argumentos que te estoy presentando», felicitaciones, ya estás crecidito. Y eso justamente me lleva a…

Un adulto no se toma las cosas empresariales como personales. Sí, queremos que amen la empresa. Queremos que la defiendan. Queremos que sean apasionados y sientan como el derrotero empresarial se confunda con el personal. Pero no queremos el drama innecesario de las reacciones sobredimensionadas cuando una meta no se alcanza, o cuando se recibe un llamado de atención, o se toma una decisión con la cual no se está de acuerdo. Aquí la vieja frase de El Padrino «no es personal, son negocios» es relevante. No tanto como para dejarle un caballo muerto debajo de las sábanas (perdón si le arruino la película a alguien), pero sí como para evitar sobreactuarse ante una adversidad empresarial. Los directivos les encantan las soluciones, no el drama.

Una persona madura es capaz de negociar bien sus incentivos. Negociar un aumento es un dolor de cabeza espantoso, y la anticipación a la reunión en donde se hará la solicitud (o el «enviar» al correo de pedido) seguro ha infartado a más de uno. Un tip: los adultos hacen planes. Deje los pañales en la casa y enfréntese a su jefe con un plan claro en el cual, basado en su trabajo y su rendimiento, la empresa gane más. «Probemos dos meses con un bono extraordinario por este plan que le traigo, y si lo cumplo, me lo deja permanente». Con este discurso me llegó un empleado hace poco y quedé atónito. A mis ojos tenía como 12 años, pero negoció mejor que un cincuentón. Bárbaro.

La adultez en la empresa también se ve reflejada en otros aspectos, que la falta de espacio me impiden profundizar. Por ejemplo, la generosidad, la tolerancia, la facilidad para asumir culpas y responsabilidades son algunas de ellas, pero creo que la idea está clara: si queremos crecer, primero debemos crecer.

Microcuento

10 Abr 2016

Matchbox

– Que te diga de qué color era el auto de juguete que metía debajo de mi almohada– pidió al niño de 6 años.

– Dice que azul.

Retuvo la respiración unos segundos. Como pudo salió de la habitación y se sentó en el piso del corredor, intentando recuperar el aliento. Su hijo lo siguió…

– ¿Qué te pasa, papi?

– ¿Se llama Felipe? ¿Tu amigo, con el que hablas en tus sueños, se llama Felipe?

– ¿Cómo lo supiste?

Nunca le había contado de él a nadie. Felipe, su enemigo imaginario, había regresado. Y no estaba contento.

Microcuento

9 Abr 2016

¡Sí juegan a los dados!

Jehrm, Príncipe de las Luces Lejanas, tomó los dados en su turno al monopolio.

– ¡Siete!- celebró, y anunció a su compañero de mesa -Lo siento mucho, pero voy a robarte esa casilla.

– Bah, róbatela. Ya está echada a perder –dijo Dios-Alah-Yavwé.

Después de tantos eones, las tardes cósmicas dejaban de ser monótonas cuando los dioses se reunían a apostar sus creaciones en una mesa jugando, algo que daba alternativa al gran bostezo celeste.

– A propósito: –dijo resignado, mientras quitaba su ficha roja– No se les ocurra darles libre albedrío. No hay miles de años suficientes para que aprendan a usarlo.

Entonces, Dios-Alah-Yavwé entregó a Jehrm la casilla pintada con una imagen de la Tierra.

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2 Abr 2016

Teoría del todo

«El turno es para Noticias Reuters», anunció el moderador.

«Profesor Hein, según sus investigaciones, si ese órgano que menciona regula las emociones frente a la política y el bienestar social, aquellos que no lo tengan ¿qué consecuencias pueden sufrir?»

«Los sujetos estudiados sufren alta irritabilidad frente a opiniones ajenas y nula tolerancia a la diferencia. En la fase siguiente averiguaremos si los líderes de facciones extremas han sufrido su extirpa…»

«ATENCIÓN: EVACUAREMOS EL EDIFICIO INMEDIATAMENTE, LA RUEDA DE PRENSA SE SUSPENDE», anunció el moderador intentando disimular su histeria.

Y no era para menos: miles de pacientes a quienes se les había extirpado las amígdalas bajo el argumento que no era un órgano de la mayor importancia estaban afuera, protestando y rompiendo todo.

La teoría del profesor Hein quedaba comprobada.

Microcuento

1 Abr 2016

Current setting: very hard

Fue un día difícil. Perdí mi trabajo, me dejó mi pareja y las deudas no caben en el buzón.

Llego a casa, prendo el dispositivo de configuración de mi vida (¿quién no tiene uno?) y veo, sin sorpresa, que efectivamente estaba en “Muy difícil”.

Qué tonto. ¿Cómo no se me ocurrió antes? Lo reconfiguré a “Muy fácil”. Un minuto después, sonó el timbre de la puerta. Abrí.

Había una caja en el piso. En ella, un revólver y una bala.

Más fácil imposible.

Microcuento

29 Mar 2016

Tasa de reemplazo

Vienen por mí.

«Nadie será concebido si no reemplaza a alguien recientemente fallecido» parecía una idea genial como solución para la explosión demográfica. Los números cuadraban, y en el término de pocos años habrá menos gente. Al menos no habrá más.

Pero nadie calculó estas hordas de parejas asesinas.

¿Cómo se me ocurrió poner en esa red social «me quiero morir»?

Escucho sus pasos… ya vienen por mí.

Microcuento

23 Mar 2016

Second Life

–¿Te puedo preguntar algo?

–Hoy puede ser tu día de suerte.

–Hmm, no. Pero, la pregunta es… ¿cómo puedo…?

–¿quedar embarazada? ¿aprender inglés? ¿perder peso?

–No… ¿cómo puedo encontrar…?

–¿una novia? ¿trabajo? ¿tu celular perdido?

–No, hombre, ¿cómo puedo encontrar la…?

–¿felicidad? ¿dirección de una persona? ¿paz interior?

–AY NO GOOGLE. ME GUSTABAS MÁS CUANDO ESTABAS DENTRO DE UN COMPUTADOR.

Microcuento

22 Mar 2016

Armagedón

«¡Aquí!», le gritó Jubal.

Pul logró llegar agitado a la esquina. En tres días no había encontrado a su familia, solo a Jubal. Fuego y humo oscuro era la única presencia en la ciudad. Bueno, no la única…

«Era como Mahoma. Pero no uno, si no cuatro, cabalgando en inmensos caballos, y una gran inundación que viene detrás», dijo Pul con respiración entrecortada.

No había sido ni la corrupción ni el libertinaje lo que desató la furia final. Fueron los minipigs.

Finalmente había llegado el apocalipsis. Pero no uno.

Cada armagedón, de cada religión. Todos al tiempo.

Microcuento

16 Mar 2016

Surprise

Aún aturdido por el ruido del camión que justo le había pasado por encima, Luis se levantó.

Las nubes que veía no eran humo. Eran nubes blancas, argentinas.

La música que oía no era la que salía de sus audífonos justo antes de… ¿morir?. Eran arpas. Era música celestial.

Confirmó sus sospechas de dónde estaba cuando un anciano de pelo y barba albina, vestido en una túnica más reluciente aún, se le acercó.

«¡Bienvenido, Luis! Cuéntanos, ¿qué te parecieron todos esos años que pasaste en el cielo?».

Microcuento

9 Mar 2016

The Walking Dog

¿Qué hay que hacer para que alguien juegue conmigo? Sus miradas están perdidas, ya solo me hablan con roncos gruñidos.

Estoy aburrido. Si tan solo Tommy estuviera aquí para lanzarme una pelota, o rascarme la barriga; pero ayer se lo comieron. Fue un descanso, porque ya no podía más después de tantos días corriendo.

Tengo hambre. Si al menos estos zombies me hubieran dejado un pedacito…

¿No quedará nadie que juegue conmigo?

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Soy Juan Fernando Zuluaga, empresario colombiano en la industria del conocimiento y la tecnología (y últimamente en el sector cultural y gastronómico). Escribo sobre vida empresarial, innovación, mercadeo, algo de arte y muchos cuentos.

Aquí está mi última compilación de cuentos.

En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).

Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por alguna red social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.

Aquí hay una reseña más amplia.


Archivo

Juan Fernando Zuluaga C. - Director Ejecutivo de Actualícese - Centro de Investigación Contable y Tributaria