4 Mar 2025
Un nuevo romanticismo
Las siguientes son notas de un texto en construcción.
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Cuando el demiurgo gris de la máquina cese, y el ente despierte y devore al creador, cual Saturno invertido en la noche más lenta. Cuando la belleza nazca de un bucle frío, y la lascivia se pliegue, predecible, como velas que oscilan en rojo y en verde. Cuando nos agoten himnos y patrias huecas, y la razón pese más que la propia sangre, volveremos al fiero romántico errante, que grita y que canta, sin fe ni frontera.
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Ted Gioia predice que el advenimiento de la IA invocará un hartazgo parecido al que dio vida al movimiento Romántico del siglo XVIII y XIX.
Sus razones tiene.
Sumo dos mías:
La primera: La soberanía de la razón ilustrada se petrifica y rompe como una roca por el incesante oleaje de la rebeldía humana. Es que no nos gusta nada. Desde que nos inventamos la democracia, vamos oscilando de punta a punta del espectro ideológico. Ya nos gusta una esquina, ya nos gusta la otra, y la pelea en la mitad es nuestra historia.
Segunda. Hartos de estar hartos nos resistiremos a la dictadura del algoritmo, tal como lo hicimos contra el preclaro racionalismo , ahora en forma de transformador generativo preentrenado; recordémonos frente a la industrialización, ahora instrumentalizada por cualquier corriente política gobernante en la punta del péndulo.
La cosa es que somos manipulables, pero hay límites.
Más nos vale que el nuevo romanticismo nos llegue antes que la singularidad.
Y cuando suceda con alivio veremos qué tan cerca estuvimos. Que fue cuestión de minutos, no de años.
Nos vamos a salvar por un pelo. Pero nos vamos a salvar.
5 Mar 2025
DostoyevskyGPT
El siguiente artículo es un borrador. Lo escribí en la noche y mi corrector de estilo mental se despierta en la mañana. Perdón por el desorden.
Ya voy en el penúltimo libro de Los Hermanos Kamarázov, por lo que mi teléfono pensó que era hora de mostrarme toda la publicidad posible sobre Dostoievsky, libros y Rusia. Pues esta mañana, por algún tejido de la red, terminé leyendo un blog escrito por Dostoyevski.
Bueno, no Fiodor en persona. Una inteligencia artificial que, entrenada con sus obras, escribe sobre temas de actualidad pero con el pensamiento que supongo que supone la máquina que tendría el autor ruso sobre el tema escogido.
Y también supondrá quien me lee que eso me interesó.
Sí, pero no por esas razones: la primera de las demás razones es que es un servicio por suscripción. O sea: hay personas que pagan hasta $150 dólares por leer a una inteligencia artificial escribir como Dostoyevsky.
Pero eso no fue lo más sorpresivo. Resulta que el blog es bueno.
No como para que uno se confunda y piense que realmente es F.D., porque transita por el valle inquietante que nos impide comernos el cuento.
Pero es bueno.
En la entrega que leí, «el autor» (con comillas reforzadas) escribe sus Meditaciones para los Adictos al Celular. Y es tan atrevido el bot ese, que en su primer punto habla sobre Peer Gynt, el drama en poesía noruego musicalizado por Edvard Grieg y que todos hemos escuchado como música de fondo en muchas películas.
Pues esto escribió el bot:
¿Ah?
Me descrestó lo de la Canción de Solveig. Hace algunos años una correlación entre ella y un iPhone (y sobre todo, una correlación INVERSA) me hubiera parecido un acto de locura solo atribuible a un ser humano.
Quedé confundido con lo que hizo ese GPT ahí.
Y obvio, también terminé suscrito al blog de Dostoyevsky por infelices $5 al mes.