10 Oct 2022
Kulturbrille
Las pequeñas idiosincrasias enriquecen nuestra relación con el ambiente del que somos nativos. Entendemos la cultura local no solo porque ahí crecimos, sino por los atajos mentales que creamos con los años y nos hacen fluir.
Para hacer una ruptura en un mercado (o una cultura, o una profesión, o un nicho) pareciera necesario ser un poco extranjero.
Observar sin el velo de la tradición nos da mucha información. Como que los daneses no caminan en línea recta, que los argentinos no entienden a los automóviles como bienes apreciables, o que en Bogotá se escucha distinto el usted del Usted.
Franz Boas llama kulturbrille o “gafas de la cultura” al lente con el que observamos nuestra propia cultura. A veces necesario despojarnos de ellos para entender las particularidades culturales del espacio al que queremos irrumpir.
“La cosa más difícil es mirarse al espejo y describirse a uno mismo”, dice Lindstrom (Small Data, 2016).
Hacernos los extranjeros puede ser una buena idea para volver a mirar las cosas con otros lentes, y así redescubrir las idiosincrasias.
11 Oct 2022
Parasiempre
Qué concepto tan poderoso es la vida después de la vida, la eternidad, el parasiempre.
Tanto, que ha convertido a quienes saben cómo acceder a ella en los grupos más influyentes de la historia; los detentores de la fe lo atestiguan.
Dejamos de atender lo que hay por lo que vendrá; los milenios nos han codificado para ser morales y ganar la eternidad; la fe nos garantiza que por nuestra creencia en esta tierra habrá otra mejor que durará parasiempre.
Parasiempre, ignorando la desproporción que implica que por solo unas cuantas décadas de creer en Jesús o El Profeta o Quetzalcóatl o una serpiente emplumada se pueda recibir milenios, decenas de milenias, la eternidad en un paraíso.
Parasiempre se me hace muy barato.
Y lo barato sale caro.