Juan Fernando Zuluaga
Este es mi blog de notas. Empresario. Escribo cosas.
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Un Haokah de la cultura sioux sentado al revés encima de un caballo

16 Oct 2022

Haokah

También llamados heyokas, eran bufones sagrados de los sioux, que reían cuando había aflicción y lloraban cuando su alma reía.

Que iban por la vida preguntando impertinencias y contestando lo que no se pregunta.

Siempre contra natura, pedían mantas para el calor y hielo para el frío, aplanaban lo abultado y desviaban lo enrutado.

Espíritus impertinentes cuya misión era reflejar dudas, engendrar koans, plantar vigas en los ojos propios.

Hoy los sioux viven en unos ocres acres y películas sepia, pero algún haokah aparece en estas épocas en forma de amigos que uno no sabe por qué quiere.

Van-Goghs-Sunflowers-Vandalismo

15 Oct 2022

Iconoclasia

Los íconos siempre están bajo ataque. Sean famosas pinturas, monumentos de conquistadores o catedrales, y los perpetradores activistas, iconoclastas sin agenda, enemigos cruzados o la misma naturaleza.

Como una especie obsesionada por la eternidad, es obvio que la destrucción de los símbolos nos cause alboroto.

Pero se me hace más interesante ver la sucesión de eventos; ver arder una catedral, que se lance una lata de sopa a una pintura o que se derrumbe una estatua es tan fascinante como su misma creación.

La destrucción de los símbolos tiene un sabor metafísico digno de ser saboreado. El desmantelamiento de la capa material de las cosas con significado es escandaloso, pero tan hermoso a la vista como el fuego que lo consume, una llama, como todas, que existe para ser observada, que nos devuelve un clon de la aporía si un ícono se destruye y no hay nadie para verlo destruirse, ¿existió el ícono?

Cuando el ensueño humano de crear cosas para la eternidad se vuelve cenizas, sentimos que no ha sido el ícono el que ha estado bajo ataque sino la propia eternidad.


Nota: ya este ha sido un tópico que he abordado antes, cuando la Catedral de Notre Dame ardió por unas horas…

The Fire

Que arda todo. Tengo debilidad por los finales devastadores y la tierra arrasada. Que arda todo para poder volver a empezar.

Que arda también esta debilidad por finales devastadores y tierra arrasada. Que arda todo para poder volver a empezar.

¿Qué mejor final para una obra de arte que terminar siendo consumida por la circunstancia, no la intolerancia?
¿Qué mejor final que termine en ceniza por el designio del azar, no por la corrupción humana?

El fuego era un final digno.

14 Oct 2022

Quince grados

Veintidós grados es la temperatura ambiental ideal para el ser humano: no se siente ni frío ni calor.

A esta temperatura los aires acondicionados dejan de trabajar, y nuestro cuerpo acostumbrado a reaccionar con escándalo ante la falta de confort, deja de enviar señales al cerebro. Durante el tiempo que estemos en ese ambiente, simplemente se nos olvida que existe el concepto de temperatura.

Treinta y siete grados es la temperatura interna del cuerpo humano. Más arriba es fiebre, más abajo es hipotermia. Mucho más arriba o mucho má abajo es muerte.

Si estamos sanos, en reposo y en una temperatura de confort, en alguna parte entre nuestras entrañas y la ropa hay quince grados -la diferencia entre los treinta y siete y los veintidós- que se disipan.

Quince grados que se desvanecen en lo que algún principio físico explicará como transformación de energía, seguramente dirigida a bombear sangre y transformar oxígeno y conectar neuronas.

Se me ocurre que esos quince grados son el costo energético del pensamiento.

Si lo que nos diferencia de las demás especies es la posibilidad del pensamiento, cuando no lo hacemos solo somos una máquina de dispersión de calor.

13 Oct 2022

Cincuenta y seis noventa y seis cuatro

Hace unos años asistía a una tía septuagenaria a abrir una cuenta en línea. Dudaba de todo: de su número de celular, de su correo electrónico (tuve que crearle uno) y hasta de su número de identificación.

Cuando llegó el momento de preguntarle qué clave usaría no tuvo dudas. Me la dio de un tirón, lo cual era muy extraño, dadas sus dudas anteriores.

Unos días después mi primo (el hijo de mi tía) me preguntó la clave para asistirla él. Cuando se la dije, exclamó: «¡es la misma mía!».

Meses después, en medio de risas en una reunión familiar descubrimos que esa misma clave era usada, sin ponerse de acuerdo, por más de cinco integrantes de la familia. Todos sabíamos por qué: era el número telefónico de la casa de la abuela.

Una suerte de seguridad ontológica que se manifiesta en algo obvio, pero ofuscado.

El número que titula esta nota es compartido por miles de jóvenes adultos, y ya es un fenómeno informático que ha sido asumido con seriedad; de hecho, ya pocos sitios en línea lo admiten como contraseña. La razón es un poco más aleatoria.

En un mundo tan obsesionado con la seguridad, parece que nos da tranquilidad esconder nuestros secretos a plena luz.

12 Oct 2022

Ser arena

La tensión competitiva en los negocios siempre cuenta con tres variables: los insurgentes, los titulares y el mercado.

Los insurgentes, que pueden ser más admirables por valientes que por tener la razón. Innovan y hacen cambiar la forma de hacer y ofrecer las cosas, pero el impulso les llega hasta que su discurso se desgasta en el afán del cambio por el cambio, la renovación como un fin en sí mismo. Si logran pasar a la madurez (son pocos), se convierten en titulares.

Los titulares, siempre desafiados, tienen la experiencia y con frecuencia la razón, pero su arrojo se diluye con cada batalla ganada.

La arena, que es donde quedan los restos de uno u otro (que actúan como fertilizantes). Rara vez su confrontación resulta en un juego de suma cero: la sola confrontación casi siempre genera valor para los mercados.

Ser la arena es un rol interesante: lo asume quien entiende un mercado pero propicia la confrontación en él; ser dueño del estadio en donde se juega puede ser tan rentable como actuar como alguno de los equipos, principio sobre el que se han fundamentado las plazas, las grandes superficies y los malls online.

Lo valioso es que con la transformación del capitalismo industrial al capitalismo de la información…

…no se explotan cuerpos y energías, sino información y datos.
El factor decisivo para obtener el poder no es ahí la posesión de los medios de producción, sino el acceso a la información, que se utiliza para la vigilancia psicopolítica y el control y pronóstico del comportamiento.

Byung-Chul Han, Infocracia

Entender un mercado no es solo para los insurgentes que quieren capturarlo, o para los titulares que defienden su posición, sino para quienes ponen la arena en donde se da este enfrentamiento; y en este mundo rebosante de datos masivos veo mucho más fácil que quienes promuevan la competencia sean los actores con más opciones.

Ser arena, obtener poder de la confrontación entre otros.


Recomendación:

11 Oct 2022

Parasiempre

Qué concepto tan poderoso es la vida después de la vida, la eternidad, el parasiempre.

Tanto, que ha convertido a quienes saben cómo acceder a ella en los grupos más influyentes de la historia; los detentores de la fe lo atestiguan.

Dejamos de atender lo que hay por lo que vendrá; los milenios nos han codificado para ser morales y ganar la eternidad; la fe nos garantiza que por nuestra creencia en esta tierra habrá otra mejor que durará parasiempre.

Parasiempre, ignorando la desproporción que implica que por solo unas cuantas décadas de creer en Jesús o El Profeta o Quetzalcóatl o una serpiente emplumada se pueda recibir milenios, decenas de milenias, la eternidad en un paraíso.

Parasiempre se me hace muy barato.

Y lo barato sale caro.

10 Oct 2022

Kulturbrille

Las pequeñas idiosincrasias enriquecen nuestra relación con el ambiente del que somos nativos. Entendemos la cultura local no solo porque ahí crecimos, sino por los atajos mentales que creamos con los años y nos hacen fluir.

Para hacer una ruptura en un mercado (o una cultura, o una profesión, o un nicho) pareciera necesario ser un poco extranjero.

Observar sin el velo de la tradición nos da mucha información. Como que los daneses no caminan en línea recta, que los argentinos no entienden a los automóviles como bienes apreciables, o que en Bogotá se escucha distinto el usted del Usted.

Franz Boas llama kulturbrille o “gafas de la cultura” al lente con el que observamos nuestra propia cultura. A veces necesario despojarnos de ellos para entender las particularidades culturales del espacio al que queremos irrumpir.

“La cosa más difícil es mirarse al espejo y describirse a uno mismo”, dice Lindstrom (Small Data, 2016).

Hacernos los extranjeros puede ser una buena idea para volver a mirar las cosas con otros lentes, y así redescubrir las idiosincrasias.

9 Oct 2022

Metadatos

No caemos en cuenta de su existencia pero son los culpables del avance del flujo de la información que ha dinamizado los mercados. Y no son nuevos: los asirios etiquetaban sus tablillas de barro tal como lo hacen hoy los youtubers con sus videos.

Ahora es fácil encontrar cosas en línea porque podemos filtrar, ordenar y depurar. En alguna parte de nuestra historia nos pusimos de acuerdo en tallas de camisas, estrellas de hoteles, clasificaciones de películas y otro sin fin de formas de clasificar las cosas que buscamos.

Eso son los metadatos: información sobre la información. Los mercados necesitaban más referencias que el precio sobre la intercambiabilidad de un bien o servicio, y no servía en prosa ni poesía: se necesitaba una taxonomía que fuera concertada entre los ofertantes del mismo mercado. Necesitábamos más datos sobre los bienes: disponibilidad, si comprar más rebajaba el precio, si venía en un color u otro.

Los mercados ahora son ricos en información debido a esos consensos, ontologías convenidas entre competidores para poder competir mejor que beneficiaron enormemente a los mercados y fueron piedra fundacional del crecimiento de los flujos de datos masivos (que no flujos masivos de datos, que necesitan ser distinguidos porque los primeros hablan de la escala de la información, y los segundos de la escala de la transmisión).

La eficiencia de los mercados está ligada a la existencia de esas ontologías, aunque no nos debamos preocupar por ellas porque serán (¿son?) mantenidas por los algoritmos de aprendizaje profundo diseñados con el objetivo específico de hacer coincidir el lenguaje humano de los demandantes con los metadatos alimentados por los ofertantes.

La calidad de la información que se nos presenta ahora en servicios financieros, viajes, librerías o streaming es por los metadatos. El salto en eficiencia de los sectores que ya están acordando ontologías (agroindustria, banca de primer piso, contabilidad, servicios profesionales, por nombrar los primeros que se me vienen a la mente) será masivo una vez se pongan de acuerdo y abandonen el caos orgánico.

Con la atención que les corresponde, la marcación y etiquetado de los metadatos hará que haya orden en el flujo de información, dándonos el chance de darle una mirada a otro pedazo del caos que queramos resolver.

Andrés Valencia - Exhibición

8 Oct 2022

Andrés Valencia

No sigue reglas, dice su marchante. Que aún está en proceso de experimentación y que su actual estilo, que recuerda a Picasso, puede que dure poco. Evolucionará a qué o involucionará de qué, es una pregunta que puede esperar.

Del pincel al lienzo con aceite y acrílico: de ahí los colores vivos. De su mente el multiángulo cubista y la línea de horizonte móvil. De su realidad (pequeña) los motivos.

Exhibición ‘No Rules’, Andrés Valencia, 2022.

Andrés tiene 10 años.

A arena, Lesley Oldaker, óleo sobre tela, 2018

7 Oct 2022

System Fail

El capitalismo alienta a crear cosas que la gente necesita. En esa transformación de materia prima (cemento, una fruta o una idea) se genera valor. Cuando hay valor se pagan impuestos que vuelven a la gente para suplir necesidades.

Con nuevas necesidades, la gente busca cosas mejores, alguien las suple creando o transformando, se genera valor y así el círculo virtuoso se reinicia.

El sistema que controla al capitalismo está roto porque no impide que algunos extraigan más valor del que crean, ni que se use el poder para que los impuestos se desvíen. Como consecuencia la gente sigue con las necesidades originales, y el progreso se detiene.

La gente no ha fallado. Ha sido el sistema. No son los piñones, sino el ritmo y la alineación.

La historia nos muestra que la gente es resiliente y los sistemas se depuran con el tiempo; lo que no se puede es dejar de generar valor, porque en él está el antídoto que lleva a esa depuración.

Lo repito: la creación y la transformación son la cura que va mejorando al capitalismo, y no puede dejar de fluir.

Qué proceso tan lento y ruidoso.

6 Oct 2022

天

Estoy leyendo una novela distópica futurista que transcurre a finales de este siglo. La humanidad ya logró transferir la consciencia viva a un dispositivo en donde puede vivir para siempre.

El error es el cuerpo. Morir es fallar.

La creadora del aparato lo llamó 天 (paraíso en chino), y lo define como el lugar de la felicidad perpetua, de la libertad sin ataduras, del contentamiento sin fin. De la perfección eterna.

Como lo veo, 天 traduce cárcel. Y una eternidad que dure más que horas se me hace insoportable.

Laureen Calvo (un personaje) fue una de las personas que rechazó 天 (aunque solo fuera un rato):

La Dama se retiró altanera, con una de esas frases que ya no se usaban, resabios de la época en que el inglés hablaba al mundo:
–Gracias, pero no gracias. Un placer.

Caparrós, Martín (2020). Sinfin (p.194)

La Dama y yo coincidimos. Tampoco quiero 天.

5 Oct 2022

Verdugo

«Si el jurado te condena, Jack Ketch te libera«, decían un cántico en la Inglaterra del siglo XVII a quienes eran llevados a la guillotina. Jack era el más notable verdugo oficial.

Veintitrés años de carrera documentados dejaron anécdotas como la de Edward Coleman cuando fue llevado al cadalso:

«Me enferma tanta traición«, dijo Coleman. «Aquí está su cura, señor«, dijo Ketch, señalando la guillotina.

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Jack Ketch in the Plotter’s Ballad (1678-9) (es el de la derecha sosteniendo un hacha y una cuerda)

(El inventor de la guillotina se oponía a la pena capital, y se sintió horrorizado por lo que hicieron con ella. Su familia pidió por décadas que le quitaran ese nombre al aparato. La última ejecución con ella en Francia fue hace muy poco: en Septiembre 11 de 1977.)

Jack Ketch, eficiente, brutal y corrupto. Por unas monedas más aceleraba o ralentizaba el proceso. La agonía era una cuestión fácil de resolver con unas monedas para Jack: si eras el condenado, le pagabas para que afilara más la hoja de la guillotina y fuera rápido; si eras un enemigo que querías ver que a la pena capital se le sumara sufrimiento, pagabas a Jack para que fuera lento y doloroso .

Murió en noviembre de 1686 ahorcado, por borracho y matar a una mujer.

Jack Ketch despertó la envidia del diablo, y se sabe que tiene cazada una pelea judicial con él y con la muerte para adueñarse de su nombre.

4 Oct 2022

Suerte

En la comedia de Aristófanes, Cremilo encuentra que la desigualdad social es causada por la ceguera de Pluto, el dios de la riqueza:

Si Pluto recobra la vista y deja de caminar a tientas, se dirigirá a las personas honradas para no abandonarlas nunca, huyendo siempre de los impíos y malvados. Ahora bien, ¿qué se conseguirá con esto? Se conseguirá que todos los hombres sean buenos, ricos y piadosos.

Aristófanes. Pluto.

El pobre de Cremilo concluye que la riqueza no ha sido repartida por merecimiento, virtud o inteligencia, sino por el mero azar, y se lanza en una aventura para devolverle la vista a Pluto.

Milenio y medio después, con miles de experimentos sociales, con décadas, siglos y milenios de pruebas en diversos modelos económicos, se reafirma su conclusión: la repartición de la suerte es aleatoria.

Recordemos esta respuesta del Nobel de Economía en 2013:

«¿Qué le gustaría saber del mundo del dinero que cree que nunca podremos saber con certeza?»
«El rol exacto de la suerte en los resultados exitosos», respondió Robert Shiller.

«Es el resultado del trabajo duro», es la respuesta inmediata. No, no lo es, ya eso ha sido estudiado.

Es un hecho estadístico: por cada historia de un millonario hecho a pulso, que aprovechó oportunidades, fue arriesgado y rompió los moldes, hay cientos de historias desconocidas de gente que hizo lo mismo y no le funcionó. Y por cada persona virtuosa que llegó a la fortuna, hay otras tantas que sin virtud también la lograron.

La cosa es que no es muy cortés decirle a un rico que su fortuna la logró por suerte. Y si eres el rico, es desmoralizante e inaceptable. La suerte parece un insulto, pero debería ser contada como bendición. La suerte de tener suerte.

A pesar de la cruzada de Cremilo hace dos mil cuatrocientos años, Pluto nunca recobró la vista, y siguió repartiendo la riqueza al azar.

3 Oct 2022

Equinoccio

Conocí una ciudad. Una ciudad hermosa, con jardines bien cuidados, familias en los parques, semáforos que no detenían sino que hacían fluir la vida en las calles limpias.

Grandes espejos de cientos de metros de altura se levantan sobre la ribera de su río; museos vibrantes con valiosas obras y teatros con ópera y bailes; restaurantes que ofrecen especies animales que, aunque homónimas a las nuestras, me resisto a creer que son lo mismo porque saben distinto, saben mejor.

Conocí una ciudad que ríe a carcajadas y vive apasionada por un deporte del cual ellos entienden cosas que el resto del mundo no. Sus famosos escritores y artistas son orgullo nacional, y lo muestran en cada lugar.

Una ciudad que, aunque en crisis por décadas, es mejor que muchas metrópolis que crecen en miseria. Esta vivió la grandeza y la hizo perdurar.

«Ya hicieron todo lo que iban a hacer» me contestó una otrora habitante cuando le daba mi versión de su inmensa avenida principal; los monolitos, mausoleos, cenotafios y monumentos; los palacios que construyeron.

Fui en primavera, pero me aseguró melancólicamente que la ciudad estaba anímicamente en otoño.

«Ya hicieron todo lo que iban a hacer«, oh sentencia dura y posible.

Los logros de los primeros años pueden ser una vara alta para saltar; mantenerse no puede ser la consigna; soñar en ser mejor después de tener un éxito inicial estruendoso es imperativo para hacerle el quite a la decadencia.

Eso me hizo ver cosas sobre mi vida, mi profesión, mis sueños.

No me quejo, pero ese reflejo en esa ciudad fue aliviado cuando pensé que aunque se sienta otoño, vendrá otro equinoccio primaveral, con flores y escándalo.

2 Oct 2022

Zares

En un arranque de ira, Iván El Terrible mató a su heredero con el cetro. Y supo arrepentido que con ese acto había desatado tiempos tumultuosos para Rusia.

El siguiente en línea, Teodoro I de Rusia (que le encantaba que tocaran las campanas cuando llegaba a cada iglesia) era retraído y corto de mente; su hermano menor murió misteriosamente en medio de una convulsión epiléptica al degollarse con un puñal; el campanero, al no dejar heredero varón, dio fin a una dinastía de siete siglos.

Después de quince años que incluyeron seis sucesiones fallidas al poder, una hambruna que mató a la mitad de la población productiva, una ocupación polaca y millones de muertos, empezó por fin el reinado de tres siglos de los Romanov hasta que los bolcheviques, hartos de zares, zarinas y rasputines, le dieron fin.

Resulta que el líder ruso actual achaca todo eso a Occidente.

Seguramente tiene razón. O, sin que sea excluyente, que quiere reiniciar las dinastías de zares.

Mi cálculo es que en un par de siglos sabremos qué tenía en mente.

Iván el Terrible y su hijo, por Iliá Repin

Ivan the Terrible and His Son Ivan on November 16th, 1581
. Ilya Repin (1885) 

1 Oct 2022

El Principio de Peter

«En cualquier jerarquía, un empleado tiende a ascender a su nivel de incompetencia», dice el también llamado Principio de Incompetencia de Peter.

Enunciado en 1969, se mantiene vigente:

 A las personas que realizan bien su trabajo se les promueve a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, y alcanzan su máximo nivel de incompetencia.

Laurence J. Peter

Creo que fue el primer libro de management que leí; recuerdo que era un joven adolescente cuando lo vi en la biblioteca de mi papá, y pensé, por su carátula, que era un libro de cómics. Superada la decepción inicial, empecé a leerlo, y algo se me quedó.

Años después sigo citándolo en muchas reuniones cuando se habla acerca de políticas de recurso humano y promoción del personal.

En este video se puede ver al propio Peter explicándolo:

Vía @ValaAfshar en Twitter.

30 Sep 2022

Accidentes normales

Los sistemas complejos, entre más complejos, más susceptibles a tener accidentes.

«Son previsibles, pero inevitables» señala Charles Perrow, especialista en sociología de las organizaciones, quien los llamó «Accidentes normales».

A diferencias de los eventos Cisne Negro (que son explicables pero NO predecibles ni anticipables), los accidentes normales son inherentes a la complejidad del sistema, y no son normales por ser frecuentes, sino por ser esperables.

La muerte es normal entre mortales, pero solo se muere una vez. Los accidentes normales o sistémicos son infrecuentes, raros incluso, pero eso no es en absoluto tranquilizador.

Charles Perrow, Accidentes Normales (1984)

La pandemia de 2020 es un ejemplo: era esperable que dado un sistema de tan enorme complejidad como lo es la sociedad humana, algo saliera mal cuando surgiera un virus de fácil transmisión.

A finales del siglo XIX superamos los mil millones de seres humanos, y solo nos tomó dos siglos multiplicar por siete ese hito; ahora que somos tantos, nuestros problemas no son solo entre individuos o estados: son entre el individuo y el sistema.

Entendiendo la naturaleza de esos accidentes normales, y dado que son previsibles, la organización humana en escala social necesitará enfocarse en mitigar riesgos y crear planes de acción serios para la recuperación.

No se trata de si van a suceder o no, sino de cuándo, como es normal en todo accidente.

29 Sep 2022

Leloir, inventor de la salsa rosada

En el Cementerio de La Recoleta hay un imponente mausoleo que corresponde a la familia de Luis Federico Leloir.

El guía empezó a contar su historia.

En la década de 1920, Leloir almorzaba en el Golf Club de Playa Grande, en Mar del Plata. Con su plato de langostinos, pidió que le acercaran mayonesa y salsa de tomate, y las mezcló.

Según esto estaba yo al frente del mausoleo de nada más ni nada menos que del inventor de la salsa rosada.

Resulta que de todos los logros del finado, que incluyen un Nobel de Química, el guía decidió que ese era su mayor logro.

Me causó mucha gracia. Si tengo suerte, la muerte me transfigurará a guía de museos o cementerios, como Horace.

Mausoleo del Nobel de Química Luis Federico Leloir (París, 1906 - Buenos Aires, 1987)
Mausoleo del Nobel de Química Luis Federico Leloir (París, 1906 – Buenos Aires, 1987)
Yasuo Kuniyoshi - Circus Girl Resting - 1931

28 Sep 2022

Hottentot

«Si eso es arte, yo soy un Hottentot», dijo Harry S. Truman en 1947 cuando vio la exposición de obras expresionistas compradas por el Departamento de Estado. La obra a la que se refería era «Chica de Circo Descansando» de Yasuo Kuniyoshi (1931).

Resulta que Hottentot es una ofensa.

Y que para la época en el gobierno de Estados Unidos estaban preocupados por su imagen poco vanguardista en términos culturales y -cómo no- por las reacciones al nuevo arte por parte de su propio presidente:

Este filisteísmo, combinado con las denuncias histéricas de Joseph McCarthy de todo lo que era vanguardista o heterodoxo, era profundamente vergonzoso. Desacreditó la idea de que Estados Unidos era una democracia sofisticada y culturalmente rica. También impidió que el gobierno de Estados Unidos consolidara el cambio de supremacía cultural de París a Nueva York desde la década de 1930.
Para resolver este dilema, se recurrió a la CIA.

Modern art was CIA ‘weapon’, Independent (1995)

Ahí la CIA decidió instrumentalizar el arte. El Expresionismo Abstracto fue el arma de elección, y Jackson Pollock, Robert Motherwell, Willem de Kooning y Mark Rothko fueron involucrados en una batalla cultural de la cual posiblemente ni cuenta se dieron.

El artículo completo de Independent (que es una historia fascinante) lo puse a continuación. El enlace original es volátil en su acceso, por lo que decidí bajarlo al siguiente PDF.

Modern-art-was-CIADescarga

27 Sep 2022

Drop the ‘the’

Sean Parker alguna vez aconsejó a Mark Zuckerberg eliminar el The en The Facebook.

Pues algunas personas en New York se empezaron a referir a the West Side como West Side; a the East Village como East Village; a the Lower East Side como Lower East Side.

Y los locales están escandalizados.

Las nomenclaturas locales son móviles, y no hay mucho que la indignación nativa pueda hacer al respecto.

No solo con el cambio de nombres completos (los maoríes vieron cómo cambiaron su Aotearoa por Nueva Zelanda –ahora lo quieren de vuelta–; a Lutetia la convirtieron en París; y en general, muchas otras ciudades han cambiado de nombre): también con las variaciones en el artículo definido que los antecede.

En la Argentina está pasando.

«El país pudo llamarse Provincias Unidas del Río de la Plata, o de Sudamérica […]. Pero se llamó y se llama la Argentina. El nombre adoptado por los poetas ha triunfado sobre todos los nombres de la prosa oficial».

Ángel Rosenblat, El nombre de la Argentina (1964) – referencia

Pues la Argentina de los poetas ahora es llamada casi siempre Argentina; así, a secas (aunque parece que se mantiene cuando se refieren a su selección de fútbol).

Veamos si la Ukrania, los Estados Unidos, el Congo o el Vaticano también, por costumbre, pierden su artículo definido.

«Es más limpio», diría Sean.

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Soy Juan Fernando Zuluaga, empresario colombiano en la industria del conocimiento y la tecnología (y últimamente en el sector cultural y gastronómico). Escribo sobre vida empresarial, innovación, mercadeo, algo de arte y muchos cuentos.

Aquí está mi última compilación de cuentos.

En este lugar pongo mis notas: ideas de negocio, pensamientos en borrador, pedazos de ensayos, citas a trabajos de otros y pequeños relatos (publicados y sin publicar).

Si le gusta un cuento, por favor cuénteme por alguna red social; o si alguna idea de negocios le produce dinero, me debe un café. En eso soy irreductible.

Aquí hay una reseña más amplia.


Archivo

Juan Fernando Zuluaga C. - Director Ejecutivo de Actualícese - Centro de Investigación Contable y Tributaria